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[Opinión] Milagros Campos: “De la crisis presente a la crisis permanente”
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¿Cómo salir de este círculo vicioso en el que ha ingresado la política peruana? Esta crisis estuvo acompañada de la crisis sanitaria y ahora se agrava por causas externas que han generado nuevos problemas económicos. Las soluciones rápidas a veces pueden tener consecuencias que compliquen el problema o generen nuevos. Empecemos por atender causas que están en múltiples estudios que han diagnosticado el sistema político y su debilidad institucional. Algunos llevan décadas, de allí el título que alude al discurso de Víctor Andrés Belaunde en 1914.
¿Es posible realizar reformas en medio de la crisis política? La urgencia lleva a pensar que sí, pues como señaló una congresista hace pocos días, las mismas reglas nos llevarán a resultados parecidos. Es decir que no podríamos prever resultados diferentes con las mismas normas y los mismos electores. Por lo demás, son justamente las crisis las que motivan los cambios.
Sugiero empezar por buscar los consensos necesarios para tres reformas. No debería ser difícil pues muchos estudios las han sustentado. La primera, eliminar la prohibición de reelección parlamentaria inmediata. Mejor aún si con ello también se permite la reelección de alcaldes y gobernadores, aunque en este caso podría ponerse un límite de un periodo. La segunda, restablecer la bicameralidad. Esta reforma constitucional debería remitir a la ley orgánica las precisiones respecto del número de senadores y diputados así como otros detalles para su elección. La tercera, la regulación de juicio político al Presidente de la República, tal y como ocurre en otros países. Para ello, deben ampliarse las causales previstas en la Constitución que son extremas e incompatibles con la responsabilidad dentro del Estado constitucional de derecho. Estas medidas podrían contribuir a incentivar una carrera política y una mayor convocatoria, además de darle cierta previsibilidad al sistema político.
Existen otros temas como la eliminación del voto de confianza obligatorio, mal llamado investidura, porque como ya hemos comentado en este espacio es ajeno al presidencialismo; la definición expresa del alcance de las elecciones si el titular del Congreso asume la presidencia; restablecer algunos límites a la disolución del Congreso que estaban previstos en la Constitución de 1979; mecanismos para mejorar la participación de peruanos en el exterior; entre otros, pero bien se podría empezar por lo más importante y posible.
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