[OPINIÓN] Richard Arce: “El ocaso de las Patricias”

El escándalo de corrupción de la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, ha embarrado todo el Ministerio Público, por lo que se han pronunciado diferentes letrados de la institución, desde los fiscales supremos, superiores y en diversas regiones, además de los equipos especiales requiriendo la renuncia de Benavides, ante las evidencias de las pruebas que se están ventilando y la involucran como líder de una organización criminal.

En realidad, Benavides ya se está quedando sola, porque no hay forma de defender la contundencia de las comunicaciones de su asesor principal, traficando votos de los congresistas para beneficio personal y en una clara intromisión política que denigra su función de fiscal de la Nación.

Al extremo que los fiscales que ha nombrado para sustituir a la fiscal Marita Barreto no han aceptado la designación y han rechazado el nombramiento, incluido uno de los fiscales que la acompañó en la madrugada del domingo al lunes, probablemente desapareciendo pruebas, en una muestra de desesperación ante el allanamiento que se iba a dar en sus oficinas y la de sus asesores. Además, qué fiscal expondría su carrera pública aceptando una designación espuria y que inclusive podría involucrarlo en la comisión de un delito.

La buena noticia es que la Junta Nacional de Justicia ya tiene avanzando el proceso contra Benavides y así suspenderla de sus funciones. Ha asumido el rol de ponente del caso la magistrada Imelda Tumialán y en la exposición del informe detalla los indicios y los elementos de convicción que comprometen en faltas disciplinarias graves, aparte de los delitos que habría cometido Benavides; en consecuencia, solicita la suspensión inmediata, que debe darse en estos días, siguiendo el debido proceso.

La otra que ya perdió hasta los papeles, ante las preguntas acuciosas de los periodistas, y también se va quedando sola, es Patricia Chirinos, oficiosa congresista que se encargaba diligentemente de obedecer los caprichos y designios de la otra Patricia del Ministerio Público, tal como se prueba con los WhatsApp, los audios y las coincidencias de las visitas y el tráfico de votos que hicieron para lograr suspender a la fiscal Ávalos, la elección del defensor del Pueblo y la arremetida contra la JNJ.

Les llegó la noche, pero recién empieza a desentrañarse la corrupción en torno a las Patricias y probablemente terminarán en la cárcel por sus angurrias y maledicencias.

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