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[Opinión] Sonia Chirinos: El Beso
[Opinión] Sonia Chirinos: El Beso
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“Por un beso… yo no sé qué te diera por un beso”, escribió Gustavo Adolfo Bécquer.
Nada de esto se le ocurrió pensar al presidente de la federación de fútbol español cuando felicitaba a las campeonas. Pues sin venir a cuento, ni preguntar, ni preguntarse, si era el lugar y momento adecuados, agarró fuertemente de la cabeza a una de ellas, y le estampó un beso en los labios.
Es una pena que esta acción, (tipificada en el código penal), haya empañado las celebraciones que las deportistas se merecen.
Este suceso, que a algunos puede resultar banal, me ha traído a la memoria la denuncia de una chilena residente en Valencia por razón de estudios. Esta joven, que hablaba cinco idiomas, y se expresaba de forma brillante, acudió a una discoteca con una amiga. En un momento dado, sintió que agarraban y retorcían sus posaderas. Rápidamente, se dio la vuelta y se topó con el agresor, el cual, ante su cara de indignación, se rio. Esto fue lo que más la humilló. Eso, y el trato que recibió de los agentes de seguridad: “Si tuviéramos que hacer caso a todas las chicas que se quejan de que las toquen…”.
La joven no se rindió; llamó a la Policía, que detuvo al italiano, y mantuvo su versión hasta el final. El agresor fue condenado. La víctima dijo que nadie debería vivir lo que ella vivió.
Así debe sentirse la futbolista agredida. Esperaba un apretón de manos. No que la estrujaran para besarla intempestivamente y ante los ojos de todo el mundo. Y probablemente piense que su reacción debió ser otra. Que debió simplemente abofetearlo. Pero era su superior; era el momento de la victoria, y hay cosas que la educación, cuando no la desorientación, ante lo imprevisible impiden hacer, incluso frente a tipos de esa calaña.
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