[Opinión] Sonia Chirinos: “Un día sin inmigrantes”

Es lo mismo que viven ahora cientos de miles de inmigrantes en España, principalmente sudamericanos, que dejan atrás patria y familia en nombre de la búsqueda del sueño de la prosperidad. Que muchas veces es solo eso, un sueño. A ratos, una pesadilla.

El diario El País planteó un ejercicio curioso: ¿qué pasaría en España si durante 24 horas la mano de obra extranjera dejara de trabajar? Se paralizaría. Madrid quedaría sin alimentos, porque quienes descargan los camiones atiborrados de alimentos frescos son, en su gran mayoría, inmigrantes. Principalmente latinos. Barcelona amanecería sin taxis. Porque los paquistaníes han copado el sector de los taxistas. A la construcción no le iría mucho mejor; inmigrantes, con y sin papeles, abundan en las obras de construcción, en las actividades que requieren menos especialidad, y que suelen ser las más peligrosas.

Hay un sector especialmente ligado a la población latinoamericana, el cuidado de ancianos y niños. No deja de ser paradójico que la liberación de las españolas haya venido de la mano de otras mujeres que asumieron su rol tradicional. Sin esas cuidadoras amorosas, sería difícil que las madres o hijas o nietas españolas se desarrollaran profesionalmente. Es solo un ejemplo de la importancia de la mano de obra extranjera, no siempre debidamente valorada.

Los inmigrantes, en fin, asumen un papel esencial en el desarrollo de un país. Conviene no olvidarlo nunca.