PUBLICIDAD
Un consejo
“No se dejen seducir por los cantos de sirena de la bonanza de las bolsas y la supuesta fortaleza en el crecimiento mundial”.
Imagen
Fecha Actualización
Les voy a dar un consejo para sus finanzas en 2018. No se dejen seducir por los cantos de sirena de la bonanza de las bolsas y la supuesta fortaleza en el crecimiento mundial. Recordemos que también se aceleró el PBI mundial de 2006 a 2007 y un año después vino la gran crisis.
Si ha tenido usted la fortuna de tener inversiones en bolsa en los últimos años –incluso como aportante en el fondo 3 de su AFP–, realice su ganancia, pase sus ahorros a activos líquidos seguros –efectivo y fondo 1– y espere a que llegue el inevitable ajuste. En los últimos doce meses, el índice de la Bolsa de Lima se ha revaluado un 30% y en los últimos veinticuatro, algo más de un 100%. No confíe en que se mantenga la bonanza.
La economía mundial arrastra serios problemas que la era del “dinero gratis” no solo ha encubierto sino que ha agudizado. Uno es la carga del endeudamiento. Hace un par de días, el Instituto Internacional de Finanzas decía que la deuda total mundial ha alcanzado la cifra récord de 233 billones de dólares, algo más de triple PBI mundial; si uno compara las cifras –con relación al PBI– con 2007, el endeudamiento de empresas, gobiernos y familias se ha agravado.
Otro problema que ha provocado el diluvio monetario es la excesiva valoración de activos. Si comparamos la valoración del índice de bolsa S&P500 de EE.UU. –que es la madre de todas las bolsas– con las correspondientes a los puntos más altos de todos los “bull markets” de los últimos 120 años, nos encontramos con que el momento actual bate casi todos los registros.
Esta última semana, el analista Mark Hurbert (de Marketwatch.com) analizaba en un artículo seis índices de valoración (PE, CAPE, div. yield, precio/libros, Q, precio/ventas) y concluía que en el momento actual todos los índices exceden –en 85% o más de los casos– los respectivos a las cimas de los bulls previos.
Pronto estarán de vuelta las presiones inflacionarias y los bancos centrales no tendrán más remedio que adelantar los ajustes a las tasas de interés y el retiro paulatino del exceso de liquidez. Este será el desencadenante de la caída de las bolsas y del regreso de los defaults.
Si el bull market continuara hasta diciembre, habría durado 117 meses, rompiendo el récord del más largo (octubre 1990 a marzo 2000, 113 meses). Dudo que llegue a diciembre. Ponga su dinero a resguardo. Unos cuantos meses más de ganancia no le compensan el riesgo a la baja.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD