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Ricardo Lago: La caída va a ser terrible
“La recuperación del PBI desde 2009 ha sido raquítica: PBI y comercio mundiales han ido creciendo a la mitad del ritmo de ciclos anteriores”.
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La recuperación más longeva que ha vivido la economía de EE.UU. –desde el punto mínimo de una previa recesión– duró 120 meses, abarcó de marzo de 1991 a noviembre de 2001. Dicha onda expansiva trajo consigo el “bull market” bursátil también más largo de la historia, de octubre de 1990 a marzo del 2000, es decir, 113 meses; período durante el cual la cotización del S&P500 –el índice de la bolsa más popular– se quintuplicó.
¿Y dónde estamos en el ciclo actual en comparación con el más duradero? Después de la crisis financiera de 2008-09, bolsa y PBI alcanzaron sus puntos mínimos, respectivamente, en marzo y junio de 2009; por la que el “bull market” actual tiene 102 meses de vida (frente al máximo de 113) – la cotización del S&P se ha multiplicado por 3.6– y la recuperación del PBI cumple 99 meses (frente al record de 120).
Si bien no es imposible que, en el ciclo actual, ambos indicadores pudieran marcar nuevos máximos históricos de duración, yo lo veo altamente improbable. El ciclo 1990-2000 se agotó porque se pinchó la gigantesca burbuja bursátil gestada en los años del dot.com. Sin embargo, las principales economías del planeta –EE.UU., Unión Europea , China– presentaban entonces cimientos relativamente sólidos y márgenes de acción para combatir la recesión con políticas monetarias y fiscales activistas.
Ahora estamos frente a una situación mucho más complicada. La recuperación del PBI desde 2009 ha sido raquítica: PBI y comercio mundiales han ido creciendo a la mitad del ritmo de ciclos anteriores; además, se arrastran los problemas que dieron lugar a la crisis del 2008 como exceso de endeudamiento y sobrevaloración de las bolsas; y, para complicar el panorama, ya no queda margen de maniobra suficiente para las políticas fiscales y monetarias porque se ha abusado de ellas –sobre todo de la monetaria– para sostener la renqueante economía mundial.
Ahora estamos frente a una situación mucho más complicada. La recuperación del PBI desde 2009 ha sido raquítica: PBI y comercio mundiales han ido creciendo a la mitad del ritmo de ciclos anteriores; además, se arrastran los problemas que dieron lugar a la crisis del 2008 como exceso de endeudamiento y sobrevaloración de las bolsas; y, para complicar el panorama, ya no queda margen de maniobra suficiente para las políticas fiscales y monetarias porque se ha abusado de ellas –sobre todo de la monetaria– para sostener la renqueante economía mundial.
Un activismo monetario que, como explicaba el Nobel de Economía Robert Shiller, hace unos días, ha llevado la valoración de las bolsas –de acuerdo con su índice CAPE– a niveles solo vistos en los últimos 140 años, antes del crash de 1929 y en los años 1997-2002 de exuberancia racional.
Y todo esto dejando de lado los difíciles problemas políticos que no son pocos: Corea del Norte, Brexit, secesionismos en Europa, terrorismo de ISIS, neoproteccionismo, etc. Mi conclusión es que la recesión y el “bear market” bursátil están a la vuelta de la esquina y que van a ser más largos y profundos que en 2008. De difícil salida.
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