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¿Qué hacemos?
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Somos el país con el mayor número de contagiados por cada millón de habitantes en el mundo y al mismo tiempo estamos entre las economías que más caerán este 2020. No hay forma de decir que estamos en recuperación. Cualquier persona que lee la frase anterior se preguntará: ¿qué hicieron mal? Es natural criticar, no solo debido a que cada día se enferman más personas, sino también por los niveles de desempleo y las reducciones en el nivel de ventas de emprendimientos, empresas grandes, etc.
Estamos ante un problema de demanda. Y no se va a recuperar a menos que haya más empleo y con el dinero obtenido aumente el gasto. Eso es lo único que haría crecer la producción. ¿Y cuál es la condición básica para que esto ocurra? Que se detengan los contagios. No es posible pensar en una reactivación sostenible sin que ocurra lo anterior.
Ahora debemos dejar las ideologías de lado. ¿Por qué se insiste en dividir a la sociedad entre buenos y malos? ¿Entre ricos y pobres? ¿Quién gana con el debate? ¿Cuál es el aporte? Hoy debemos plantear propuestas que no dependan de la ideología de cada uno.
En marzo propuse y propongo que, en lugar de entregar bonos, el camino es la repartición de canastas de alimentos a todos los hogares de los segmentos D y E. Rescate universal. Que se encarguen las empresas del sector privado, pues, gracias a sus cadenas de distribución (que el Estado no tiene), pueden llegar a los lugares más alejados del país. No es ideología ni el modelo ni nada. Es pensar en los que hoy no tienen nada.
¿Por qué no los bonos? Los datos de la Encuesta Nacional de Hogares de 2019 muestran información clave para el diseño de políticas públicas. En primer lugar, solo cuatro de cada diez adultos tienen cuenta en alguna entidad financiera. Si entregas bonos, las aglomeraciones aumentarán en los bancos, como lo hemos visto, tanto en los últimos días como hace dos meses. En segundo lugar, seis millones de peruanos no tienen refrigeradora. No pueden almacenar alimentos. Tiene que salir todos los días al mercado. En tercer lugar, siete de cada diez trabajadores son informales y la mayoría se encuentran en los segmentos D y E. ¿Cómo no van a salir si no han sido beneficiados casi con nada? En cuarto lugar, el gran hacinamiento en los hogares peruanos.
Vean el siguiente escenario. Una persona que vive en un ambiente con diez personas en promedio (130,000 hogares peruanos en esa situación) recibe el bono. Como no tiene cuenta en algún banco, tiene que salir y aglomerarse en la puerta de los bancos. De ahí va al mercado usando el transporte público, porque no tiene otros ingresos. Luego va a casa y se encuentra con sus nueve familiares. Pregunta, ¿así se van a detener los contagios?
Y esto nos lleva al otro punto, la estrategia sanitaria. No soy experto en el tema, pero no se está haciendo nada diferente para evitar la propagación que ya no se haya hecho. ¿O es que no se puede hacer nada? Si es así, quisiera escucharlo de algún miembro del gobierno. La mayoría de ciudadanos sale porque tiene que trabajar para comer. Salgamos de la burbuja.
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