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Reino Unido: Una derrota colosal y merecida por inútiles
“Si te sales del club socialistoide europeo es para ser distinto, pero si no cambias las cosas entonces estarás en el peor de los mundos: seguirás siendo socialistoide…”.
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No me sorprendió nada la catástrofe electoral conservadora en el Reino Unido. No solo porque las encuestas hacía rato que la anunciaban —es más, pensaba que iba a ser mucho peor, por debajo de los 100 escaños— sino porque los “Tories” se habían ganado merecidamente tanta impopularidad. Aquí no es que ganó el Laborismo con Starmer (un tipo correcto y aburrido, que no entusiasma a nadie), sino que perdieron los conservadores por su pésima gestión (48% de los votantes por Labour respondió que votó “To get the Tories out”), además del desgaste natural por 14 años de gobierno. Cameron apostó irresponsablemente a la derrota “brexitera”, a la pobre Theresa May le quedó inmenso el puesto, Boris Johnson no pasó de ser un payaso, Liz Truss se suicidó por alocada y el torpe Sunak solo servía para contador (además que traicionó a Johnson, que a su vez saboteó a May. Es que el conservadurismo se desangra entre facciones).
La inflación y el deterioro de los servicios públicos tenían muy malhumorados a los británicos, pero un factor crucial ha sido el Brexit. Si te sales del club socialistoide europeo es para ser distinto, pero si no cambias las cosas entonces estarás en el peor de los mundos: seguirás siendo socialistoide y encima desenganchado de Europa. Los Tories prometieron desregular la economía, bajar impuestos, volver más capitalista al Reino Unido (“un Singapur en el Támesis”, “Otro EE.UU.”), controlar drásticamente la inmigración ilegal y no han hecho nada, nada de eso. Más bien subieron impuestos (hasta sacaron una ley estúpida contra los millonarios extranjeros no-domiciliados), no desregularon nada, y la inmigración ilegal no dejó de subir. Todo eso con un Sunak sin la menor llegada al electorado, con fama de pituco indiferente y un lenguaje y pinta muy lejanos al del rubicundo inglés clásico de pub (suena políticamente incorrecto, pero sí le debe haber afectado el racismo). Ha sido una paliza histórica, pero se la buscaron con ganas. A encontrar ahora otra Thatcher.
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