PUBLICIDAD
Sandro Venturo: Leer las encuestas entre líneas
Imagen
Fecha Actualización
Hubo una época en que las posibilidades de los candidatos no se medían por encuestas. El termómetro estaba en la calle. Por eso los mítines eran tan importantes. Mientras más gente participaba en las manifestaciones callejeras, mientras más intensas eran, más opciones se advertían. El otro espacio decisivo estaba en la televisión. Un buen desempeño en un debate televisado podía decidir una elección y una entrevista bien llevada podía incrementar la intención de voto.
Estamos en otra época. Los políticos ya no se dirigen a las masas pues las masas ya no existen. Las plazas han cedido su importancia a las caminatas y las bicicleteadas. El contacto interpersonal, la comunicación cara a cara, es imprescindible en el mundo de hoy. Además en la televisión ya no existen programas políticos ni espacios de debate electoral.
Así que aquí están las encuestas y nadie puede rehuir a ellas, ni los políticos ni los analistas. Pero las encuestas nos vienen mostrando una carrera francamente aburrida, donde Fujimori y Kuczynski mantienen sus puestos hace más de un año. Además es fundamental no sobrestimar las tímidas tendencias que dibujan las campañas de Acuña –primero– y Guzmán –en esta semana–. Todavía las novedades que ambos reportan no han modificado la panorámica de esta imprevisible carrera electoral. Debemos, entonces, mirar lo que las encuestas nos ofrecen entre líneas. ¿Qué pistas nos ofrece Datum para imaginar otro escenario? Vamos con algunas. Keiko tiene un voto que tiende a ser joven, de sectores populares y rural. Para crecer debe vencer las resistencias que tiene especialmente en Lima y en los sectores medios (y altos). PPK ha perdido su voto joven y sigue sin generar entusiasmo en los vastos sectores populares, del campo y la ciudad (aunque va bien en el sur del país). Acuña atrae a un elector predominantemente masculino, del norte y sur del país. Los jóvenes de sectores medios y altos tienden a rechazarlo, pero en el resto de la ciudadanía tiene harta cancha para avanzar. García la tiene muy difícil: de dos peruanos, uno nunca votaría por el ex presidente. Y ese elector es el mayoritario: son jóvenes de sectores populares, rurales y urbanos, de todas las regiones, excepto de Lima. Y la fabulosa suma del PPC no ha producido ningún impacto relevante. Impresionante.
Algo más. Cruzando los datos vemos que: quien vota por Acuña no votaría por García, y viceversa. Y quien vota por Fujimori no votaría por PPK ni Guzmán, y viceversa. La última. Si sumamos a los indecisos y a quienes podrían cambiar su voto, tenemos casi un 40% de electores que podrían trastornar esta quietud en las próximas semanas. Tal vez pronto la cosa se pondrá, por fin, más interesante.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD