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“Santos y demonios”: Un llamado al despertar ciudadano
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En un Perú sumido en una profunda polarización política, la dicotomía entre “santos” y “demonios” parece definir el panorama. La falta de respeto por las instituciones, la ambición desmedida de poder y la búsqueda del beneficio personal por encima del bien común han contribuido al aumento dramático de la pobreza, la falta de oportunidades, la alta informalidad y la pérdida significativa de capital humano. Y, sobre ello, todos debemos asumir nuestra parte de la responsabilidad.
La guerra de bandos que se libra en el país no es un fenómeno aislado, sino parte de una tendencia global en la que actores internos y externos promueven la confrontación. Esta injerencia de terceros, donde juegan un rol preponderante las actividades ilegales y los intereses político-económicos de ciertas organizaciones internacionales, mina nuestra soberanía y dificulta la búsqueda de soluciones genuinas a nuestros problemas.
Asimismo, la prensa, lejos de ser un espacio plural que refleje la diversidad de opiniones, se ha convertido en un instrumento de poder al servicio de intereses particulares de ambos bandos. La narrativa dicotómica que domina el discurso mediático solo perpetúa la polarización y desinforma a la población. Es crucial recuperar la función primordial de la prensa como un vehículo para el debate abierto y la presentación de diferentes perspectivas, sin sesgos ni agendas ocultas.
Sin embargo, más allá de los problemas coyunturales, el Perú enfrenta desafíos estructurales que demandan una reforma profunda del Estado. La concentración del poder en la capital, la falta de atención a las regiones y la desconexión entre las élites y la población son solo algunos de los aspectos que requieren atención urgente. Esta reforma debe surgir del diálogo y la participación de todos los sectores de la sociedad. Se requiere un enfoque territorial que tome en cuenta las realidades diversas del país.
Es hora de que los ciudadanos despertemos. No para derrocar gobiernos o para marchar con banderas falsas, porque creo que eso simplemente son excusas para que ciertos grupos pretendan ejercer liderazgos oportunistas y tomen el poder por asalto; sino para que tomemos las riendas de nuestro propio destino.
En las próximas elecciones, es crucial elegir a un Gobierno que tenga valores, un plan concreto y que cuente con un Congreso que lo apoye para llevar a cabo las reformas impostergables que se requieren. Debemos salir de la trampa de buscar culpables en la vereda del frente y, por el contrario, exigir normas y medidas urgentes que nos abran el camino para la formalización, la igualdad de oportunidades y la transparencia de la gestión pública.
Es necesario construir una democracia verdadera, donde se respeten las diferencias y se construya a partir de ellas, en lugar de atacar y destruir a quienes piensan distinto. No hay “santos” ni “demonios”, solo personas con diferentes ideas y objetivos. Informémonos bien para optar libremente por la alternativa que mejor nos represente, esa es nuestra responsabilidad con el Perú.
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