PUBLICIDAD
Sin ceder al chantaje
Imagen
Fecha Actualización
Hace apenas tres días la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, descartó de plano el retorno al anterior sistema de venta de tickets en Machu Picchu, pues, explicó, ese sistema “es sinónimo de corrupción”.
Agregó, además, en la misma oportunidad, que la protesta era “producto (del descontento) de unos pocos que quieren seguir sacando provecho de nuestro patrimonio cultural, a través del mercado negro de los boletos”.
La situación era insostenible y perjudicial para el Estado; eso además del desprestigio que día a día ganaba nuestro país entre los extranjeros con ganas de hacer turismo en el Perú. El acta que se firmó ayer dejó un volumen de mil entradas para ser vendidas en Machupicchu Pueblo, pero a través de una plataforma digital, lo que evitará el manoseo y la reventa.
Los oscuros personajes que movilizaron a un grupo de allegados para bloquear la vía del tren, no ganaron. El intento de normalizar la corrupción con el cuento de respetar los derechos del “pueblo” fue evidenciado y denunciado por las autoridades nacionales y los medios consecuentes.
A la demagogia del castillismo golpista, que fue la madre de este problema, se le impuso una política encaminada a recuperar la transparencia en la gestión.
Las mafias locales, sin embargo, contaron con el apoyo insospechado de algunos medios de comunicación, los que quisieron obligar a la ministra de Cultura a dialogar bajo chantaje. Al final, la venta física de mil entradas al día para visitar a la ciudadela en el distrito de Machupicchu tendrá que realizarse a través de una plataforma digital.
Los gremios turísticos respiran aliviados con la suspensión de la medida de fuerza en el santuario nacional, así como con el hecho de que el Ministerio de Cultura se encargará de desarrollar la nueva aplicación que expedirá los dos tercios de los boletos por Internet.
Felizmente, no ocurrió con el turismo lo acontecido con la educación escolar y universitaria y con la reforma electoral, felizmente en este caso no hubo retroceso.
Lo que sí queda claro es que los gravísimos problemas de comunicación que penosamente exhibe el Ejecutivo, y que estuvieron a punto de ser aprovechados por los enemigos del desarrollo en el Cusco, se mantienen.
Ayer fue un mal día para la mafia de los boletos en Machu Picchu, la Fiscalía Anticorrupción inició una investigación local para detectar dónde empezaron a gestarse tantas irregularidades. Que caiga quien tenga que caer.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD