Tareas a la vista

Como todos los años, el mes de marzo marca el inicio de las clases escolares en todo el Perú, pero el 2021 se presenta casi con las mismas incertidumbres que el año que lo precedió.

Aunque las instituciones educativas cuentan ahora con la experiencia del primer impacto que tuvo la pandemia en el mundo, y que encontró preparados a muy pocos, la sombra del COVID-19 sigue alargándose sobre el desarrollo de este año lectivo. La segunda ola ha vuelto a poner en evidencia las tremendas brechas sociales en el país, sobre todo cuando se traducen en términos de infraestructura, tecnología y recursos educativos.

Es cierto que el ministro de Educación, Ricardo Cuenca, ha sido claro y su estrategia para el reinicio escolar es más que sensata: se comenzará con clases virtuales, al igual que el año pasado, y luego del primer mes se irá evaluando la marcha de los contagios –de momento, muy elevado entre niños y adolescentes– y el proceso de vacunación, para ir definiendo la pauta de los meses siguientes. El plan del Minedu es un retorno gradual a las aulas teniendo en cuenta las condiciones de seguridad sanitaria según el riesgo que presente cada provincia, pues hay regiones que continúan en un nivel extremo de infecciones.

Así, con el rebrote que actualmente vive el país, lo prioritario será, entonces, mejorar el equipamiento tecnológico y la conectividad de las instituciones educativas públicas. En ese sentido, ha sido importante el anuncio de que el Minedu ya cuenta, por lo pronto, con 996,293 tablets destinadas para estudiantes y 90,137 para docentes de todo el país, que serán repartidas hasta el 31 de marzo.

La educación remota supone un enorme desafío, tanto para educadores como para los escolares y sus familias, por lo que habrá que pensar también en puestas al día y capacitaciones prácticas para cada uno de estos componentes de la comunidad educativa.

Todo ello sin perder de vista, desde luego, la infraestructura de los colegios, para que, cuando el retorno a clases presenciales o semipresenciales se produzca, los locales cuenten con una infraestructura de higiene que permita cumplir con los protocolos de seguridad sanitaria. El ministro Cuenca tiene, pues, una mochila cargada de tareas por delante.