-Ayer me puse a oír la conferencia del flamante cardenal Castillo y me quedé preocupado por algunos disparates que soltó, no sé si por confusión mental, ignorancia o ideología. Para Castillo, el término “caviar” equivale forzosamente a “educado” (¿De dónde sacó esa tontera? “Caviar” es la definición coloquial de una posición política, de una forma de ser, de pertenecer a una argolla y de un ansia de vivir del Estado) para luego decir que es un “insulto” (Así como el TC ya sancionó que “roja” NO es una palabra ofensiva al ganar allí un proceso que tuve con una comunista a la que definí así, por lógica tampoco “caviar” sería entonces un agravio), que se usa para descalificar al “educado” (¿De cuándo aquí a la gente educada se le dice “caviar”? ¿Y acaso no existe gente educada que no sea caviar?).
Otra cosa que me llamó la atención fue una obsesión de Castillo por invocar a esos dos falsos ídolos, felizmente ya bastante olvidados, de Inti y Brian, como si estos hubiesen sido un par de juveniles héroes cívicos —estos no deben haber tenido la más mínima idea de porque fue defenestrado Vizcarra y ni habrían tenido jamás una Constitución en sus manos— en lugar de dos chicos de educación muy básica, de temperamentos revoltosos y con pasados policiales, que salieron a la calle en busca de emociones fuertes, para lamentablemente ser abatidos en la trifulca violenta en la que participaban.
-De verdad, no entiendo a los palestinos. Si siguen haciendo lo mismo —atacar sanguinariamente a los judíos— durante tantos años, pues tendrán los mismos resultados (pateaduras descomunales, derrotas aplastantes, represión durísima, confiscaciones). Con ese esquema de usar la violencia contra Israel nunca van a llegar a ningún lado; no es lo inteligente. No tenían gran cosa en Gaza, pero hoy en día no tienen allí más que escombros y muertos. ¿Valió la pena buscarse eso? Y hasta ahora no entiendo tampoco qué pito juega un país persa y lejano de Israel como Irán en el conflicto palestino.
