Siempre les digo a mis pacientes que la represión de la rabia saludable no es buena. Hoy el paciente fui yo. Estaba en el auto y me encontré a mí mismo realmente cabreado. Estaba escuchando RPP en la radio y me conecté un rato con el lado nefasto de nuestro mundo y nuestro país. ¿Cómo es posible que Alonso Correa se haya quedado sin medalla en las olimpiadas porque en las semifinales al contrincante lo puntuaron muy alto por ser francés y Alonso muy bajo por ser peruano? ¿Cómo es posible que, en la disputa por el tercer puesto, cometieran una infracción los jueces cuando claramente Correa tenía la prioridad?
¿Cómo pueden tener la cara Fujimori y Keiko para pedir una pensión vitalicia luego de deberle millones al Estado peruano, y los “padres de la patria” actuales concederla? ¿Cómo se le ocurre pensar en la irresponsabilidad de postular a su padre a los 88 años de edad y volver a polarizar la elección luego de todo el daño que eso le ha hecho al país? ¿Cómo puede tener el inepto de Pedro Castillo el cuajo de pedir también una pensión luego de no haber hecho nada por este país más que robar, mentir y dar un golpe de Estado? ¿Cómo puede el condenado de Cerrón seguir prófugo de la justicia y seguir recibiendo decenas de miles de soles para su partido que salen del bolsillo de los ciudadanos? ¿Cómo es posible que ese ser tan poco agraciado llamado José Luna, con cara de malo, procesos penales y 31 sanciones de Indecopi a su universidad siga destrozando la educación y tenga hoy por hoy tres comisiones congresales (Salud, ¡Fiscalización! e Inclusión) de la mano de ‘Puka’ Bellido? ¿Cómo puede Waldemar Cerrón celebrar el fraude en Venezuela mientras los venezolanos en Perú lloran en medio de la miseria y el exilio? ¿Cómo pueden viajar algunos parlamentarios como Bermejo a respaldar al corrupto, mitómano, cobarde y genocida de Maduro? Es increíble también que algunos permanezcan neutrales, tibios e indiferentes frente a un sistema que ha hundido en las más profunda miseria a un país rico y que no respeta la voluntad popular.
Está de moda el concepto de “asertividad”, que se define en Psicología como el no caer ni en el extremo de la agresividad pero tampoco en el de la pasividad. No ser un hater pero tampoco un pusilánime. La violencia no trae la solución pero la indiferencia tampoco. No hay que quedarse callados. Todavía hay más gente buena que mala en el mundo, pero cada día se hace más relevante la frase de Einsten: “El mundo es un lugar peligroso no solo a causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada para detenerlo”.
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