Al parecer no solo el Congreso está tomado por el hampa, con tanto congresista prontuariado que todavía tiene la osadía de participar de las comisiones de Ética y Fiscalización; también lo estaría el Tribunal Constitucional que avala todo lo que se le ocurra a este Congreso de impresentables.
Uno creería que están pagando la cuenta de su elección como tribunos del TC, porque ese fue el antecedente de su conformación, un toma y daca entre lo más rancio del Congreso; ahí se produjo ese engendro llamado “fujicerronismo” que permitió alcanzar los dos tercios de los votos congresales para imponer a varios de estos títeres que tenemos en el TC.
Porque la resolución que emitieron ayer, que rechaza el recurso de la magistrada Inés Tello para anular la medida cautelar que restableció su suspensión en la JNJ, solo muestra que el TC no respeta la Constitución y las leyes, porque está avalando explícitamente los legicidios de un Congreso desbocado. Es absurdo que pueda refrendar los argumentos írritos del Parlamento sobre la edad de la magistrada Tello, cuando es evidente que el límite de edad es para la postulación, y una vez aprobada y reconocida su designación tiene la obligación de terminar su periodo.
No les importa que en diciembre se irá toda la actual JNJ y que ya está convocada la elección de los nuevos miembros que se va a hacer mediante un concurso público de méritos, no por el compadrazgo o el negociado al que están acostumbrados los congresistas impresentables que tenemos. Lo que les interesa a estos señores del TC es avalar la ignominia y la destrucción de la institucionalidad, avalan que miembros de la Comisión Permanente hayan votado en el Pleno para lograr los votos de la sanción ilegal.
Los “doctores” del TC que han votado esta sinrazón serían cómplices de los congresistas lumpen que buscaban venganza, porque la JNJ cumplió su función de sancionar a una fiscal de la Nación involucrada en serios ilícitos penales, que ya ha sido delatada y ahora tendrá que responder a la justicia.
Ya no queda nada de la dignidad que tuvo un día el TC, antes Tribunal de Garantías Constitucionales, que se enfrentó a la mafia del fujimontesinismo, que se atrevió igual en esa época a intervenir groseramente; la historia los va a reivindicar como sucedió antes, y que sea más bien este atropello una condecoración para la Dra. Inés Tello, porque esta historia aún continúa; para hoy no hay ninguna resolución que la aparte de la JNJ, esa es la realidad.
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