PUBLICIDAD
¿Qué fue de #UnaSolaFuerza?
“La destrucción que trajo El Niño costero 2017 era una oportunidad para mejorar la infraestructura y el acceso a los servicios de las poblaciones. Fue desperdiciada”.
Imagen
Fecha Actualización
En mayo 2017, el presidente Kuczynski y su premier de aquel entonces, Fernando Zavala, instalaron la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios en Piura. El objetivo era reconstruir la infraestructura dañada por el fenómeno El Niño costero. Y hacerlo de tal manera que no fuese destruida al año siguiente, como ocurre en la realidad.
Piura, la región más afectada, es también la tercera más grande del país con 1’859,000 habitantes, y el 35% de ellos vive debajo de la línea de la pobreza, con menos de S/328 per cápita mensual.
El 20% de los hogares no tiene acceso a agua potable, y el 42% no tiene acceso a saneamiento. ¡Y esto era antes de El Niño costero! A 10 meses de ocurrido, aún existen miles de ciudadanos que viven en campamentos, sin servicios básicos.
A fines de año, la premier Aráoz sostuvo que espera que para diciembre de 2018 “no haya un solo peruano afectado por El Niño costero viviendo aún en condiciones de indignidad” (EC 7/1/18). Esta es una muestra de la falta de capacidad del Estado: 22 meses para resolver el problema de los pobladores afectados.
La época de lluvias 2018 ya comenzó. Si Piura le parece lejano, mire nomás lo que está sucediendo en Chosica: esta semana la crecida del río Rímac asustó a la población que salió a marchar junto con el alcalde para reclamarle al gobierno central la falta de ejecución de obras en el plan de la reconstrucción.
En Chosica no ha habido reubicación de familias que viven en las márgenes del río, ni limpieza de las mallas antihuaicos, ni descolmatación del cauce del río. Lo “anecdótico” es que el alcalde lo es desde hace 20 años.
El Perú tiene enormes problemas de gestión pública que se ven reflejados en la baja calidad de los servicios y en la gran brecha de infraestructura. Lo que estamos viviendo es producto de una mala gestión pública. No de falta de dinero, no de la mala suerte.
La destrucción que trajo El Niño costero 2017 era una oportunidad para mejorar la infraestructura y el acceso a los servicios de las poblaciones. Esta oportunidad fue desperdiciada por autoridades locales incapaces y un Ejecutivo que no está dispuesto a asumir la responsabilidad con la excusa de la incapacidad de los gobiernos subnacionales.
En el camino, los ciudadanos sufren las consecuencias de la ineptitud y la mediocridad. Es momento de evaluar la descentralización y buscar medidas que obliguen al Estado a cumplir sus obligaciones con el ciudadano.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD