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Más allá del muro
“Las cárceles en el Perú presentan más de cien por ciento de hacinamiento, el sistema penitenciario no es rehabilitador ni regenerador sino estrictamente punitivo”.
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Una serie de Netflix titulada Así nos ven revive con generosa fidelidad la historia de “Los cinco de Central Park”, como llamó la prensa a cinco adolescentes de raza negra que en 1989 fueron obligados a confesar una violación masiva que no habían cometido y tuvieron que pagar penas de entre 7 y 13 años en correccionales. Kore Wise, quien pagó la pena más alta por ser el mayor (16) tiene hoy 45 años, es padre de familia y un destacado activista en asuntos de justicia penal que en 2016 donó 190 mil dólares para una obra social llamada Innocent Project del estado de Colorado.
El libro Más allá del muro (editorial Planeta) de Eva Bracamonte Fefer, próximo a lanzarse en la Feria Internacional del Libro de Lima, es un testimonio certero, honesto y nada autocompasivo sobre la experiencia de la autora en el EP Anexo Mujeres de Chorrillos. Un penal de máxima seguridad en el que estuvo recluida más de 1,400 días, injustamente acusada de ser la autora intelectual del asesinato de su madre en agosto de 2006, presa de la inoperancia y misoginia de los sistemas judicial y fiscal peruanos. Lo rico de esta inaudita experiencia es lo que la autora recoge de ella, no solo un diario que busca darle otra perspectiva a la mirada hostil que solemos tener de las internas, sino un libro cuyas ventas serán destinadas a una obra social que hoy Bracamonte promueve, con el sueño de hacer de la cárcel un lugar menos doloroso e improductivo.
Keiko Fujimori no es una presa política, es una lideresa política que cumple prisión preventiva desde octubre de 2018, acusada de obstruir el juicio que se le sigue. Después de casi diez meses en la cárcel, Keiko Sofía debe haber vivido experiencias nuevas, además de la incomodidad y el dolor personal por no poder estar junto a su familia. Las cárceles en el Perú presentan más de cien por ciento de hacinamiento, el sistema penitenciario no es rehabilitador ni regenerador sino estrictamente punitivo y, si se trata de las mujeres, lo es aún más, pues no existen políticas que se adecúen a sus necesidades. ¿Qué tiene que ver Keiko con esto? En principio nada. Pero ya que es una de las mujeres más poderosas del Perú, sería doblemente interesante que logre salir de ella. Primero porque su prisión es preventiva y su juicio aún no tiene sentencia, segundo porque sus hijas la necesitan (como a miles de presas) y tercero y lo más importante: porque su experiencia en prisión podría servir para que se ponga a trabajar en serio, moviendo cielo y tierra para cambiar ese sistema, demostrando por fin su tan proclamado amor por el Perú.
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