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A las viudas se les cayó el velo
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¡Y celebran con champán! Ese fue el último alarido de las viudas del acuerdo con Odebrecht. Encima era falso. Se cogieron de una foto de Boleira en 2015, para decir que el acto del viernes en el consulado peruano de Sao Paulo estuvo acompañado de un brindis. No descansaron ni en el momento mismo de la firma de este histórico documento. Como no ha sido cierto el camión de estiércol que le han arrojado a la colaboración eficaz de los brasileños. No es una negociación perfecta, es verdad, pero abre el camino para una serie de confesiones que podrían liquidar a casi toda la clase política existente.
Desde mañana, los más altos directivos de Odebrecht comenzarán a confesar los detalles de las coimas que se festinaron desde la caja 2 a los que gobernaron el país en los últimos 15 años. Es verdad que hay que tomar con pinzas lo que digan estos finos delincuentes de Ipanema, pero para eso, en el acuerdo se aseguró que no solo se incluyan las confesiones. Estas vendrán con documentación, contada en miles de terabytes, que está almacenada en los servidores Drousys y My Web Day, usados por Odebrecht para encubrir los sobornos. Delación y data.
Las acusaciones podrían acelerarse por la eficacia de la evidencia. Con mayor premura, por cierto, se acentúa el peligro procesal de aquellos que hoy solo tienen impedimento de salida del país. Eso explicaría el ataque de nervios que envuelve a los políticos comprometidos en los interrogatorios. Para morirse, en verdad. Los brasileños nos robaron, pero no lo habrían podido hacer sin estos políticos que estafaron a sus electores.
A la reparación de S/610 millones, hay que sumarle S/150 millones de intereses. Y si Odebrecht desea participar en licitaciones, deberá pagar, además, S/450 millones por impuestos. A las viudas se les cayó el velo.
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