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1,484 escolares han denunciado por violencia sexual a docentes, directores y auxiliares
“Es un trauma, que afecta la estabilidad emocional, desarrollo y crecimiento del niño”, advierte el psicólogo David Villarreal.
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“Marita”, una adolescente de 14 años del pueblo indígena amazónico wampís, era acosada sexualmente por su profesor de Matemática desde mayo en su colegio en la localidad de Chapiza. En septiembre reveló el hecho de violencia frente al psicólogo de la escuela, en presencia de dos testigos, el coordinador y el traductor. Sin embargo, el director de la escuela no lo registró en el portal SíseVe, plataforma virtual del Ministerio de Educación (Minedu) que visibiliza hechos de violencia que se producen en las escuelas, pues tenía parentesco con el agresor y el jefe del apu. Con la ayuda de un abogado de una asociación de padres, logró denunciar a su agresor en la comisaría. Por estos días, el Ministerio Público (MP) ya recolecta las pruebas para acusar en los tribunales al docente.
“Andrea”, una jovencita de 15 años de una escuela pública en Villa María del Triunfo, le contó este año a su profesora que de niña fue víctima de tocamientos indebidos por parte de su tío, quien en esa época era maestro y ahora es director de una escuela. Ella, con mucho miedo y culpa, consiguió revelarles a sus padres los actos de violencia sexual que sufría, pero ellos decidieron silenciar el hecho para evitar el escándalo en la familia. Sin embargo, el cruel recuerdo de este abuso no la dejaba en paz, por lo que decidió hablar. Su maestra, luego de reconfortarla emocionalmente, informó al director de la escuela y el caso actualmente se encuentra judicializado.
Las trágicas historias de “Marita” y “Andrea” —nombres irreales de las menores para proteger sus identidades— reflejan la grave situación de violencia sexual que sufren cientos de niñas, niños y adolescente en las aulas del país.
De enero a octubre de este año, el portal SíseVe del Minedu registra un total de 1,484 denuncias de violencia sexual contra escolares de inicial, primaria o secundaria, por parte del personal educativo, tales como directores (46), docentes (184), auxiliares (77), personal de apoyo (148) o profesor de otro colegio (29).
Según esta fuente de información, 821 reportes son por tocamientos, actos de connotación sexual o actos libidinosos; 440, por hostigamiento sexual; 139, por violencia con fines sexuales a través de medios tecnológicos; y 84, por violación sexual.
De la totalidad de casos, 1,068 están en proceso de atención por parte de la escuela, 372 finalizaron la atención; 35 figuran pendientes de atención y 9 están observadas por la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL).
“Ingresar un caso al SíseVe es dejar una ‘marca’ de que ese hecho de abuso sexual contra menores fue producido por un adulto en la escuela y, por lo tanto, tiene una fuente escolar. El SíseVe es útil, transparenta la gestión dentro de la institución educativa, pero no lo quieren usar, porque les resulta una piedra en el zapato”, sostiene Víctor Sausa, abogado especializado en violencia escolar del colectivo de padres ARIFE.
De los casos registrados, 1,144 están focalizados en educación secundaria. Asimismo, 1,200 han ocurrido en escuelas públicas y 284 en colegios privados. Las regiones con mayor cantidad de reportes por violencia sexual contra escolares son Lima Metropolitana (321), Junín (89), Piura (86), San Martín (76) y Áncash (75), entre otras (ver infografía).
“Esto es un trauma, un impacto psicológico superior a la fuerza del niño, que atenta contra su estabilidad emocional, su desarrollo y crecimiento. Dependiendo de la magnitud del suceso, puede quedar como una marca, una huella”, advierte David Villarreal, director del Instituto Peruano de Orientación Psicológica.
SUBREGISTRO
La plataforma del SíseVe presenta varias limitaciones para denunciar los casos. Una de ellas es que los reportes se hacen por teléfono, de 8:00 a.m. a 8:00 p.m., o por internet; es decir, si no hay acceso a dichos soportes tecnológicos, no se podrá registrar el caso, problemática recurrente en las comunidades alejadas de la selva y sierra.
Además, Sausa subraya que muchos casos de violencia sexual en las escuelas no llegan al SíseVe, o no todos los casos registrados en este portal están denunciados en la Policía Nacional o la Fiscalía. “Actualmente tengo 12 casos no registrados en el SíseVe, que, luego de haber sido denunciados ante la Policía, solo dos fueron ingresados al sistema. No tenemos una plataforma donde toda la línea de gestión de la violencia sexual en las escuelas esté asociada”, detalla.
VISIBILIZARLO
La violencia sexual en las aulas, ejercida por personal educativo en agravio de los escolares, “existe” y, si el menor de edad lo revela, los padres o tutores deben denunciarlo, no solo ante el colegio o la Policía, sino en los medios de comunicación, resalta Villarreal.
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“Primero, hay que denunciar al agresor; segundo, difundirlo, llevarlo a los medios, la gente tiene que saber que esto existe; y tercero, darle tratamiento psicológico al niño, para superar este trauma, que recupere su tranquilidad, calma, confianza en la gente y no le ocurran daños mayores en el futuro”, explica el especialista.
En esa línea, recomienda a los padres estar atentos a las señales que podrían evidenciar que el escolar es víctima de violencia sexual en el colegio.
“Definitivamente, esto va a traer síntomas psicosomáticos —el niño se orina en la cama, tiene bajo rendimiento escolar, no quiere jugar con los compañeros—; puede haber problemas de conducta, lenguaje. Cuando notamos esos cambios, debemos sospechar muchas cosas, indagar y preguntar qué está pasando. Y ahí nos podemos encontrar con una agresión de este tipo”, concluye Villarreal.
Al cierre de esta edición, el Minedu no respondió el cuestionario de preguntas que Perú21 le envió a través de la oficina de comunicaciones.
Sabía que
Los directores de las escuelas no aplican filtros para detectar a maestros potencialmente agresores sexuales, denuncia David Villarreal.
“Un docente tiene responsabilidad en la formación del educando; por lo tanto, debe pasar un examen psicológico que detecte problemas de este tipo”, sostiene el psicólogo.
El profesor que ejerce violencia sexual contra su alumno tiene un problema con su sexualidad, afirma el especialista.
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