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Chimbote: destruyen más de 5 mil armas de fuego y con el metal fundido construirán un gimnasio en San Juan de Lurigancho
Un total de 5 161 armas de fuego -entre revólveres, pistolas, escopetas carabinas y armas artesanales- fueron destruidas en Chimbote por la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec) en el complejo de la empresa siderúrgica Siderperu, y con cuyo metal fundido se construirá un minigimnasio en el distrito limeño de San Juan de Lurigancho.
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Unas 5.161 armas de fuego -entre revólveres, pistolas, escopetas carabinas y armas artesanales- fueron destruidas en Chimbote por la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec) en el complejo de la empresa siderúrgica SiderPerú. Con el metal fundido se construirá un gimnasio en el distrito limeño de San Juan de Lurigancho.
Esta destrucción de las armas incautadas se concretó gracias al convenio de cooperación interinstitucional firmado entre ambas entidades.
“En aras de completar la transformación de la violencia generada por el mal uso de las armas, SiderPerú mejorará un espacio público, en San Juan de Lurigancho, en alianza con el programa Barrio Seguro”, comentó Richard Cervantes, gerente Industrial de la empresa.
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Esta iniciativa forma parte de una estrategia multisectorial del Ministerio del Interior para mejorar las condiciones de seguridad y convivencia pacífica en las zonas con altos índices de criminalidad. “De esta manera, se logrará ofrecer una alternativa que promueva la recreación, actividad física y la vida sana para los jóvenes”, añadió Cervantes.
Las armas destruidas habían sido depositadas en los almacenes de la Sucamec por internamiento definitivo y decomiso, producto de las acciones de control y fiscalización en todo el país entre los años 2020 y 2021.
“Con esta destrucción se concluye el proceso de la seguridad ciudadana, en el cual nuestras acciones de control y fiscalización son claves para lograr que estas armas que, probablemente, fueron usadas para cometer asaltos, asesinatos y otros delitos, sean retiradas de las calles y, luego de su fundición, retornen a la sociedad, pero de forma útil y segura, para las comunidades que más lo necesitan”, sostuvo el coronel Alfonso Chávarry, gerente de Control y Fiscalización de la Sucamec.
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