El río Amazonas no es ajeno a las temporadas de estiaje en la selva, un periodo en el que la cuenca sufre de un déficit hídrico, pero lo que hoy atraviesa escapa de lo normal. Los años 1995, 1998, 2005 y 2010 fueron las últimas cuatro grandes sequías reportadas. Estos eventos tienen un común denominador con lo que está pasando hoy, resultan ser los años de transición entre los eventos de El Niño y La Niña en diferente intensidad.
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La última vez, en octubre de 2010, el valor histórico de estiaje del río Amazonas llegó a 105.38 m.s.n.m. en la estación ENAPU Perú (Iquitos). El hidrograma de su nivel marca que el descenso máximo (umbral rojo) de la cota es de 107.97 m.s.n.m. Perú21 conversó con el ingeniero Marco Paredes, director zonal del Senamhi Loreto, y alertó que el valor está bajando entre 5 cm a 8 cm diarios. Para entender lo grave que significa, el pasado 10 de septiembre estuvo en 106.08 m.s.n.m., y la mañana de ayer alcanzó los 105.79 m.s.n.m. A 41 cm de alcanzar los valores históricos de estiaje después de 14 años.
“Esto se debe al fenómeno de El Niño Global que empezó el año pasado. Hemos empezado con deficiencia de precipitaciones en cabeceras de cuencas, ocasionando que en el periodo creciente (noviembre a mayo) no se completara a nivel normal. Luego, viene el periodo vaciante (junio a octubre), con lo cual ha empeorado”, explicó.
CONSECUENCIAS
En la Amazonía las carreteras son los ríos. Por medio de estos, funciona el comercio, el tránsito, el abastecimiento de productos, las atenciones médicas, etcétera. La sequía, sin embargo, está impidiendo el normal desarrollo de las actividades, además de ocasionar una repercusión negativa en la fauna y flora de la selva.
De hecho, la única manera de transportar productos a Iquitos es por agua. Ante la falta de este recurso natural, las embarcaciones están quedando varadas en bancos de arena, lo que genera que las naves demoren en el descargue o entrega, por ejemplo, de combustible para las centrales eléctricas, lo que restringe el servicio de luz, incrementa el precio de los productos y, cómo no, también genera un posible racionamiento de agua potable. Además, ante el descenso, queda expuesta basura que se convierte en focos infecciosos. Un problema hidrológico deriva en un problema de salud.
“La ciudad de Iquitos estaba bañada por el río Amazonas, pero los ríos tienen una dinámica vertical y espacial. (El Amazonas) se ha trasladado 6 km a la parte este y ha dejado que en su cauce pase un río secundario llamado Itaya. Este río no tiene gran volumen, tiene 15 m³ en un ancho de 61 metros, cuando el río Amazonas tiene 8,500 m³. Entonces, una embarcación que quiera surcar del Amazonas y entrar a los puertos de Iquitos tiene la dificultad de que no hay agua en ese río”, subrayó Paredes.
MÁS PROBLEMAS
Al déficit hídrico se le suman las altas temperaturas en la selva. En Iquitos se registran temperaturas máximas bajo sombra de 37 °C y una sensación térmica en la intemperie de 45 °C. Pero otro factor son los incendios forestales. De acuerdo con Indeci, en lo que va del año se han reportado 975 incendios forestales y 10 fallecidos en todo el país.
Lo que sigue destruyendo los bosques también es la deforestación. Los datos satelitales del portal MapBiomas muestran que entre 2001 y 2023 se han perdido 3’053,354 hectáreas de bosque amázonico. “Al perder bosques, lo que estamos perdiendo es la capacidad de retención de agua que tienen los bosques en el verano y que luego van soltando de a pocos en la sequía, permitiendo que esa agua retenida por los bosques vayan discurriendo hacia los ríos. Tenemos frecuencia de lluvias en tiempos cada vez más cortos y más intensos, y se alarga el periodo de sequía, y con altas temperaturas hay mayor evaporación y eso hace que se reduzca el nivel del agua”, sostuvo, para este diario, Sandra Ríos, coordinadora del Área de Monitoreo del Instituto del Bien Común y coordinadora de MapBiomas Perú.
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Entre las medidas políticas para dar cara al problema está la reciente declaratoria de emergencia en la región Loreto, debido a una severa crisis de desabastecimiento de agua que está afectando también la economía de los agricultores, así como la pérdida de sus cultivos.
“Lo primero es implementar esas políticas que permitan esa conservación adecuada de las áreas protegidas y los territorios indigenas, y que a la vez promuevan la restauracion de bosques deforestados y degradados. Estrategias claras de cómo reducir los incendios forestales. Cumplir con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados °C”, contó Samuel Otavo, investigador en ecología del paisaje y biodiversidad de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, Perú y Colombia, a Perú21.
Si la cota del río Amazonas lo ha dejado con preocupación, debe saber que el mismo problema lo atraviesan los ríos Marañón, Huallaga, Napu, Nanay y hasta el lago Titicaca (Puno). De momento, se espera que la propia naturaleza se regularice y las lluvias lleguen a la selva.
TENGA EN CUENTA
- Ocho estaciones hidrológicas de Loreto se encuentran en umbral rojo; es decir, todos los ríos y afluentes están por debajo de la cota mínima permitida. Esta situación estará vigente hasta el 16 de septiembre, según el Senamhi.
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