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La animalista que sufre amenazas hoy teme por su vida y la de sus mascotas
Arrepentida de las desafortunadas frases que emitió en campaña política, Camila Lucioni Struque, dueña de la empresa de hospedaje canino Perrotel Boutique, denuncia graves ataques.
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Camila Lucioni Struque está desesperada. Teme por su vida, y la de sus pequeñas mascotas, las que recoge y ayuda; y las que alberga. Y no es para menos. De acuerdo a su denuncia, tres ex trabajadores de nacionalidad venezolana están hostigándola por todos los medios posibles y ella espera que se haga justicia lo más pronto posible antes que ocurra una desgracia.
Los tres expolicías venezolanos que contrató buscaron aprovecharse de la Navidad para chantajearla. ¿Se ofendieron por las declaraciones que ella hizo al señalar que en sus albergues no aceptaba ‘perros comunistas’? Para empezar, dice Lucioni, todo fue un error del que se arrepiente profundamente, y que se maximizó en redes sociales. “Cuando yo recibo o ayudo a una mascota no me interesa su ideología”, dice ahora, desde su casa, rodeada de sus engreídos.
En la recta final de la campaña electoral, Perú sumó un nuevo término en su ya extensa lista de jerga política: el “perruqueo”.
El nuevo sustantivo, que resulta de la simbiosis de “perro” y “terruqueo”, reseña EFE, brotó y se viralizó en el fragor de las redes sociales, luego de que corriera como la pólvora el anuncio de un hotel para perros que indicaba que no hospedaría a mascotas de “familias comunistas”.
“No recibimos perros de familias comunistas. Amamos los animales y por experiencia sabemos que en Venezuela, por hambre, han tenido que comerse a sus mascotas”, publicó en Facebook Camila Lucioni Struque, dueña de la empresa de hospedaje canino Perrotel Boutique.
El mensaje se difundió en uno de los momentos más álgidos de la campaña electoral en Perú, a menos de dos semanas del duelo que definirá el próximo presidente del país, entre la candidata derechista Keiko Fujimori y el izquierdista Pedro Castillo.
En ese polarizado contexto electoral, bastaron horas para incendiar de indignación a un gran número de internautas, quienes acuñaron el término “perruqueo” y convirtieron en tendencia en Twitter la etiqueta #NoAlPerruqueo. Se le pregunta a Camilia si cree que detrás de las amenazas está la gente del presidente Castillo y ella responde que no. Los venezolanos, dice, podrían tirar veneno a sus mascotas o buscar alguna otra artimaña para vengarse del despido, por lo pronto ya buscaron a una legisladora para llegar al alcalde de CIeneguilla, donde no han encontrado eco.
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