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La caótica ruta de la Panamericana Norte en el país
Vivivendas y comercios al lado de esta vía la tornan una bomba de tiempo.
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Una de las principales características que distinguen a la Panamericana Norte de las otras carreteras —y que lo mencionamos en la anterior edición— es la congestión y el desorden que se genera para salir de Lima.
La carretera Panamericana Norte o Ruta Nacional PE-1N tiene una extensión 1,141.30 km. Se inicia en el puente Santa Anita y recorre los departamentos de Áncash, La Libertad, Lambayeque y Piura, hasta el Puente Internacional de La Paz, frontera con Ecuador, en Tumbes.
Uno de los problemas que presenta se aprecia tan solo al iniciar la ruta. Para salir de Lima Metropolitana, se tiene que recorrer al menos 44 km, cruzando los distritos Ate, Santa Anita, El Agustino, Cercado de Lima, Rímac, San Martín de Porres, Independencia, Los Olivos, Comas, Puente Piedra, Santa Rosa y Ancón.
En dichas zonas, la peligrosidad radica en la proximidad entre la carretera y la cantidad de locales comerciales y viviendas, los cuales están separados a solo unos metros, lo que convierte a esta vía en una bomba de tiempo, ya que los vehículos transitan a una velocidad que a veces excede los 90 km/h.
EXCESO DE VELOCIDAD
El 11 de septiembre, por ejemplo, dos personas murieron atropelladas en el km 32.5, en el distrito de Puente Piedra. Una de las víctimas era un reciclador que transitaba por la vía y la otra víctima fue un taxista que intentaba socorrerlo.
Según las investigaciones, el exceso de velocidad fue una de las causas. Las estadísticas de la División de Prevención e Investigación de Accidentes de Tránsito (DIVPIAT) de la Policía Nacional señalan que, de enero a noviembre de 2023, hay 40 fallecidos por accidentes de tránsito en la carretera Panamericana Norte, solo en la jurisdicción de Lima Metropolitana.
Sobre esto, el gerente general de la Asociación Automotriz de Perú (AAP), Adrián Revilla Vergara, conversó con Perú21 y resaltó que los problemas que existen en esta carretera son múltiples. “Cuando uno va por Puente Piedra, tenemos a las personas y locales comerciales a cinco metros de la vía. Eso es de locos. En otras carreteras eso no ocurre. No puede ocurrir. Cuando hablamos de países donde se preocupan por el diseño, en todo lo que son construcciones, hay una pared alta que impide el acceso a la vía, incluso con plantas, y las personas solo pueden salir por un determinado lugar. Aquí cada uno cruza, sale, pasa por la pista y no respeta absolutamente nada”, explicó.
Queda claro también que urge que tanto los gobiernos regionales, provinciales y distritales, junto con el MTC, hagan los diseños de vías tal y como deben ser. “Otro problema es que la carretera pasa por las ciudades; como dije, deberían bloquear para que los peatones no crucen, pero no. Las autoridades permiten que se construya al lado de la vía”, remató.
CIFRAS
En 2022, la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) impuso más de 38,000 papeletas por incumplir los límites de velocidad en toda la Panamericana Norte. Incluso, ese año, esta entidad la colocó en el primer lugar dentro de las 20 rutas con mayores siniestros, con 993, dentro de la Red Vial Nacional.
De acuerdo a cifras del Observatorio Nacional de Seguridad Vial (ONSV), perteneciente al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), de enero a octubre de 2023, la Ruta Nacional PE-1N reporta 623 siniestros viales y 726 decesos.
El coronel PNP Jesús Montesinos Carpio, jefe de la DIVPIAT, manifestó que, de acuerdo a las estadísticas, se determina que la mayoría de accidentes son responsabilidad del conductor.
“En un accidente de tránsito intervienen tres elementos. El elemento hombre, el elemento vía y el elemento ambiente. En cuanto a determinar un porcentaje de causas en que tiene influencia el elemento vía, estamos hablando más o menos del 8%. Esto quiere decir que las vías, si bien no están óptimamente diseñadas, están dentro de un nivel que puede decirse moderado. Pero, en los accidentes de tránsito, según las estadísticas, la responsabilidad está en los conductores”, aseguró a este diario.
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CULTURA VIAL
El ingeniero Mario Candia, de Transis, advirtió que existe una causa y efecto respecto a este problema social. “La cultura vial se ha degradado a tal punto que la gente hace lo que le da la gana. ¿Por qué hacen lo que les da la gana? Porque, primero, no hay buena fiscalización. La Policía no hace, no tiene capacidad para hacer bien su labor. Y, segundo, tenemos pésimas vías donde la gente tiene que romper las normas para poder transitar. Porque yo no puedo transitar por Lima sin romper, por lo menos, 50 normas de tránsito porque las vías están todas mal diseñadas. Entonces, ¿qué hace eso? Que yo, como conductor, pues, degrado mi cultura. Empiezo a romper las normas, hago lo que quiero. Sé que no me van a fiscalizar; entonces, tomo más riesgos. Y eso es lo que pasa en nuestro medio. Y, a raíz de eso, se generan los siniestros”, dijo.
La situación se complica más ya que en varios tramos no existe alumbrado eléctrico. Si bien los vehículos están obligados a encender sus luces, no resulta suficiente. “Hay problemas de señalización de las vías y falta de iluminación, no solo de postes de luz, sino también lo que se llaman ‘ojos de gato’. En otros países, en las vías de ciudad, como Argentina y Chile, utilizan pinturas gruesas que parecen pegamento. Aquí, salvo algunas, son pinturitas muy comunes que cada cierto tiempo empiezan a desaparecer”, anotó.
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