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La dramática realidad del olivo
El cambio climático impidio una oportuna floración de las plantas dejando un panorama sombrío para los productores.
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“El evento continuaría hasta inicios de otoño de 2024. Para el verano de 2024, las magnitudes más probables de El Niño Costero son fuerte (49%) y moderada (47%)”. Esta es la última alerta del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen) emitida el 28 de octubre.
El comportamiento del clima, en cuanto a temperaturas, frío, humedad, lluvias y sequías se viene sintiendo en diferentes regiones del país, entre ellas el norte y el sur.
DEVASTADORA REALIDAD EN EL SUR
En Arequipa, la segunda zona más olivícola del país, se enfrenta a una devastadora realidad. “Cero...”. Eso es lo que cuenta Alejandro Bustamante, productor de aceitunas y aceite de olivo —cuyo fundo se ubica en el distrito de Mejía, provincia de Islay— cuando le preguntamos sobre la cosecha.
Para entender un poco la situación, hay que resaltar la importancia de la aceituna y de su aceite, así como las condiciones atmosféricas que necesita el olivo en el inverno. Según Mordor Intelligence, una empresa de investigación de mercado, Perú es el principal exportador de aceitunas en la región de América del Sur, siendo sus principales destinos Brasil, Chile y Estados Unidos.
Por otro lado, el olivo necesita temperaturas bajas para que alcance una floración uniforme, definiéndose la temperatura umbral de 12.5 °C. Sin embargo, Arequipa ha soportado olas de calor intensas en los últimos meses.
“El clima ha cambiado porque el año pasado he sacado como siete toneladas, y este año de 100 olivos que tengo habrán floreado cuatro y se les ha caído la flor. Sacaré con suerte 100 kg”, agregó Bustamante.
Esta versión ha sido respaldada por otros productores y empresarios que conocen del fruto. Manuel Morales, presidente de la Asociación Pro Olivo, pronostica números negativos. “Estamos calculando que la caída va a ser, aunque parezca duro, entre 80% y 90% de la producción. Al no cubrirse las necesidades de horas de frío en el olivar, las perspectivas son bastante magras”, indicó a Perú21.
Como ONG cumplen con la labor de ayuda, consejo y monitoreo, pero la respuesta de las otras partes no ha sido la esperada. “Nosotros hacemos jornadas técnicas junto con entidades gubernamentales y agricultores. Hemos venido advirtiendo de esta situación desde hace tiempo. Se ilustraron unas medidas que podrían menguar el efecto, pero desgraciadamente parece que no se han tomado esas recomendaciones y los resultados están a la vista”, lamentó.
Un representante de la aceituna y el aceite de olivo es Percy Puértolas Salazar, ingeniero en Industrias Alimentarias y presidente de la Asociación Agroindustrial de Olivicultores de la provincia de Islay (AAOPI). El empresario agroindustrial señala que la situación es drástica.
“Respecto a una producción normal, del 100%, tendremos entre 10% y 20% siendo muy optimistas. El productor deberá racionar en el tema comercial porque se espera que recién para 2025 haya buena cosecha (…). Es drástica la caída. Frente a ese tema (fenómeno de El Niño) no hay medidas de contingencia, poco trabajan las municipalidades y el gobierno regional no tiene medidas de respuesta y, si no tienes una organización agraria que indague, es más complicado”, enfatizó.
MÁS TECNOLOGÍA
En esa misma línea, Yury Bermejo, gerente del Fundo La Noria, una de las empresas más reconocidas en la producción, procesamiento y comercialización de aceitunas de La Yarada (Tacna), la zona más olivícola del país, se refirió al uso de las nuevas tecnologías y cómo estas pueden ayudar a paliar este cambio. “Una cosa es la producción global que tenemos y otra cosa es el tema de que hay alternativas de cómo afrontar este cambio climático. Pero de alguna u otra manera es un tema que hay que difundir. Ahí sí entra a trabajar fuerte la entidad privada y el gobierno regional, porque ellos tienen el dinero para difundir ese tipo de tecnologías y que los pequeños agricultores se vean beneficiados. Nosotros lo hemos hecho de la mejor manera, pero lamentablemente no tenemos ni el tiempo ni el dinero como para hacer ese trabajo extensivo a los agricultores”, mencionó a Perú21.
Los embates de El Niño son generales y urge no solo estar preparados ante desastres naturales, sino también ante la dura realidad de que escasean los principales y emblemáticos alimentos del país. Solo queda exigir un mayor compromiso a las autoridades para recuperar las buenas cosechas.
EN LIMA
Para muchos, El Niño se traduce en lluvias, huaicos, deslizamientos, inundaciones, y verdad no les falta. El calentamiento de las aguas del mar frente a las costas del Perú genera, en el verano, que haya lluvias más intensas de lo que se espera. Si bien en la ciudad de Lima no llueve como en las regiones del norte, hay otros aspectos que la naturaleza está mostrando, como árboles mustios y poca floración.
Para dar mayores luces de la situación, este diario conversó con la ingeniera forestal Jessica Martínez e integrante de la Asociación Peruana de Arboricultura y Forestería Urbana. “Normalmente deberíamos tener un invierno en donde tenemos mucho frío, no un invierno húmedo y cálido. Pero, como ahora hemos tenido un invierno en donde hubo calor, la proliferación de hongos ha aumentado. Incluso le han salido hongos al gras. Si tenemos en un área un pedazo amarillo y un pedazo verde, no significa que esto tiene que ser un mal riego. Significa que está pasando algo a nivel fitosanitario”, advirtió.
“Ahorita estamos noviembre. Ya debería haber la aparición de flores de tipo, jacarandá. Deberían estar floreando, pero no lo tenemos en la misma forma que lo teníamos antes. Los árboles jóvenes no están respondiendo”, añadió.
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