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Mujer acusada de brujería cuenta la tortura que sufrió por ronderos de Pataz: “En Carhuacocha me iban a quemar”
María Ávila de Ramos fue una de las mujeres que fueron acusadas de practicar brujería. Denunció públicamente que las rondas la golpearon, desnudaron y electrocutaron.
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María Ávila Ramos, una de las víctimas que fue secuestrada y torturada por las rondas campesinas de Chillia, en Pataz (La Libertad), denunció públicamente las salvajes agresiones que sufrió por parte de ronderos que la acusaban de practicar la brujería.
Como se sabe, la noche del último lunes 11 de julio, se conoció la liberación de ocho personas, entre ellas siete mujeres y un hombre, que estaban a manos de las rondas campesinas del distrito de Chillia.
Una de estas fue la señora María Ávila de Ramos, quien reveló cómo actuaron los ronderos y qué le decían al momento de acusar de practicar brujería.
“Estoy mal, me colgaron de una viga y me pegaban con cordones y correas. Me quemaron con electricidad, me caí y ahí amanecí, luego me pusieron mi ropa... Les dije que me lleven a mi casa y me botaron (en algún lugar de una carretera), que en Carhuacocha aseguraban que me iban a quemar”, señaló la afectada madre de familia a Exitosa.
Según información regional, se sabe que Ávila fue retirada de su vivienda en horas de la madrugada y luego la llevaron contra su voluntad hasta Allaca (Chillia).
“Me decían que hable, que soy bruja (que la mujer acepte que practica brujería). A mi no me gusta, yo soy humilde y religiosa, qué voy a hablar... mi dolor no sana, la cabeza me duele y mis brazos están caídos. ¿A quién puedo contar mi sufrimiento?”, acotó la mujer.
María Ávila de Ramos se mostró afectada por sus familiares, en especial su nieto. “Estaba durmiendo en mi cuarto porque mi esposo se fue, en horas de madrugada (1:00 a.m.), en eso entran los señores y me sacaron de mi casa”, recordó la víctima de los ronderos.
Ministerio de la Mujer
Al respecto, el Ministerio de la Mujer señaló que al tomar conocimiento de este caso “un equipo de profesionales del Programa Nacional Aurora del MIMP brinda atención integral a ella (víctima) y su familia”.
“El área legal hace seguimiento de las investigaciones que se realizan en este caso. Se brindó contención emocional a la agraviada, a su hija e hijo y se derivó al Minsa para su recuperación mental. El área social la acompaña en las atenciones médicas correspondientes”, agregó el MIMP.
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