No es el contenido del soporífero mensaje a la nación de la presidenta Dina Boluarte ante el Congreso de la República lo que quedará en la memoria de la ciudadanía, sino más bien las imágenes de un hemiciclo vacío y asistentes visiblemente aburridos, algunos incluso dormitando. Cinco horas y un minuto le tomó a la mandataria leer de paporreta su kilométrico discurso, el más extenso que da un jefe de Estado, con ocasión del aniversario patrio, en los últimos veinte años.
Más allá de estos hechos anecdóticos, no hay, sin embargo, lamentablemente, mucho que rescatar de la exposición de la jefa de Estado, que inició su alocución responsabilizando de la crisis a su antecesor Pedro Castillo, como si no hubieran pasado ya más de 17 meses desde que ella asumió la primera magistratura, y omitiendo que ese mandato lo ejerce no por elección sino por sucesión, y que ella misma formó parte del gobierno del golpista como vicepresidenta y ministra de Estado.
Bajo la mirada de su cuestionado hermano Nicanor, ubicado en una de las galerías del hemiciclo, Boluarte apuntó en su mensaje a lograr un país con mayor crecimiento, bienestar y seguridad, y para ello —a diferencia de sus omisiones del año pasado sobre la importancia de la inversión privada como generadora de riqueza y empleo— fue esta vez reiterativa sobre las numerosas oportunidades en diversos sectores y estabilidad jurídica que le ofrece el Perú a los inversionistas.
En esa línea, anunció que en este trimestre se adjudicarán los contratos de concesión del ferrocarril Huancayo-Huancavelica, conocido como Tren Macho, y de proyectos eléctricos, entre otros, y se elaborará el perfil de un aeropuerto en Huancavelica. “El Perú está de vuelta y en vitrina”, exclamó con el mismo entusiasmo con que sostuvo que el “proyecto minero Tía María es una realidad” sin precisar, empero, cómo trabajará el gobierno con ese sector de la población arequipeña que se opone a su ejecución. (Más información en la Pág. 7)
“Nuestro gobierno está comprometido con una minería competitiva, formalizada, moderna y sostenible”, remarcó, pero al abordar el tema de la minería ilegal solo dijo que un grupo de trabajo multisectorial actualiza la estrategia nacional de interdicción en su contra.
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PURO MAQUILLAJE
Algo similar ocurrió cuando se refirió a la lucha contra la delincuencia y la corrupción que un 64% y un 49% de la población, respectivamente, identificó como prioritarios en el discurso, según encuesta de Ipsos. Sobre el primer punto, Boluarte señaló que se ha iniciado un “proceso de modernización integral del Ministerio del Interior”, y enseguida anunció una medida con tufillo a maquillaje: su cambio de nombre a Ministerio de Seguridad Pública que pidió al Congreso tramitar “con carácter de urgencia”.
Agregó que su gobierno “no le va a entregar el país a la delincuencia”, anticipó la construcción de tres nuevas escuelas policiales, más megaoperativos y el fortalecimiento de las labores de Inteligencia a través del Grupo Especial contra el Crimen Organizado (GRECCO) que no especificó si gozará de la autonomía necesaria para actuar.
Al hablar sobre la lucha contra la corrupción, la investigada presidenta insistió en que ni ella ni sus ministros están involucrados en casos de ese tipo, pero hasta ahí nomás. El complejo tema no mereció más que cuatro párrafos en un total de 79 páginas.
OMISIONES
En medio de aislados reclamos con carteles de los congresistas de izquierda Edgar Tello e Isabel Cortez, la presidenta de la República siguió desmenuzando con muchas cifras y detalle menudo lo que ha hecho y hará en su gestión. En educación dijo que seguirán implementando la carrera pública magisterial, pero perdió la oportunidad de reclamar al Congreso por las leyes que atentan contra la meritocracia o de ofrecer disculpas por la desidia con que sus ministros de Educación y de la Mujer abordaron el caso de los niños de la comunidad awajún violados por sus maestros.
En Salud, en tanto, habló pomposamente de la “construcción” de once hospitales especializados, entre ellos el Dos de Mayo, Sergio Bernales, Loayza, cuando en realidad se trataría de una remodelación. Lo que sí destacó fue el anuncio de que se adquirirán equipos para la detección y tratamiento oportuno del cáncer.
De otro lado, Boluarte adelantó que habrá una nueva escala remunerativa para los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en situación de actividad y retiro a fin de reducir la brecha salarial existente. También indicó que se incrementará en 100 soles la subvención económica bimestral a los beneficiarios de Pension 65 y se evaluará el aumento del sueldo mínimo.
Confirmó también la creación del Ministerio de Infraestructura a partir de la absorción de programas y proyectos, lo que generaría más burocracia, y adelantó, sin entrar en detalles, que se fusionarán “dos pares de ministerios”.
La jornada por Fiestas Patrias empezó muy temprano para la mandataria con su asistencia al Te Deum donde recibió el saludo, entre otros, del presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Miguel Cabrejos, quien, rompiendo el protocolo, se aproximó también al canciller Javier González-Olaechea saludándolo afectuosamente. Dicho sea de paso, fue al único ministro al que saludó
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