El exministro del Interior Carlos Basombrío analiza los cambios ministeriales y no se sorprende de que Juan José Santiváñez se mantenga en el gabinete.
¿Qué opina de estos cuatro cambios en el gabinete?
Lo primero que quisiera decir es que no me han sorprendido para nada los cambios que no se han producido. El ministro Santiváñez es el ministro ideal para la presidenta. Hemos visto cómo es funcional a las necesidades que ella tiene, y era evidente que no lo iban a sacar, más allá de su gestión y los graves audios que lo implican. Creo, además, que es una persona que sintoniza muy bien con el Congreso, así que de llegar un pedido para interpelarlo no va a pasar nada. Es el ministro ideal del régimen que tenemos. Hay una distancia muy grande entre las preocupaciones de la presidenta y lo que se ve en las calles en seguridad.
Pero sí le llama la atención el cambio en la Cancillería…
Sí, claro. La versión que yo tengo es que le avisaron minutos antes que su gestión había concluido. No sé cuál sería la motivación, pero resulta extraño cambiar a un ministro de Relaciones Exteriores faltando tan poco para el APEC, una reunión donde se necesita a todos los que han trabajado en ese campo, más todavía si la presidenta optó también por sacar a la ministra de Comercio Exterior y Turismo. Entonces los dos ministerios que están a cargo de APEC tienen nuevos encargados. Esto sin duda es una cosa extraña.
Entre las versiones de la salida del excanciller hay una que señala que hubo presiones por parte de Vladimir Cerrón hacia la presidenta para que pida su renuncia. Ello, ante la posición que tuvo el excanciller frente al fraude de Maduro.
A mí me parece un cambio extraño, no estaba en la lista de los que se esperaba, pero no conozco de más detalles. Pensé que le habían ofrecido el premierato. El hecho es que lo sacaron y en su renuncia cualquiera puede advertir que estaba irritado, molesto. Lo de Cerrón me parecería la peor de las posibilidades porque querría decir que Cerrón hace lo que le da la gana con la presidenta. Pero pronto, debe ir conociéndose cuáles fueron los motivos de la salida de González-Olaechea.
La salida de la ministra Pérez de Cuéllar tambien resulta extraña.
Me ha sorprendido. Recuerden que Pérez de Cuéllar era muy cercana a la presidenta; era la ministra que ha estado desde el inicio de su gobierno. Y a mí, no sé, es una corazonada, pero me parece que su salida podría tener algo que ver con lo que ella dijo en Juliaca, un discurso que sonaba bien raro; pero tal vez tiene un contexto diferente, que sería un mensaje político ya no a la ciudadanía, ni a Dios sino a la propia Dina Boluarte, en el sentido de decir que como hay corrupción en su gobierno y tiene que eliminarla. Es una hipótesis, pero le daría un poco de sentido a esa declaraciones tan extrañas y al hecho de no haber estado en Palacio de Gobierno cuando los ministros salientes acostumbran a acompañar al ministro entrante en esas circunstancias.
¿Cambiará algo este gabinete con estos nuevos ministros?
Creo que este sigue siendo un gabinete cuestionado; con un primer ministro opacado, sin mayor brillo. Hay ministros como los de Salud, de Agricultura, del Interior que en otros países nunca hubieran sido nombrados, y que van a continuar. No va a haber ningún cambio ni para la gestión pública, ni para el gobierno en términos de que la gente salga a decir que esto es una buena decisión.