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El Congreso mantiene al país en la incertidumbre y sin gobierno
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El Congreso lo hizo otra vez. Fue el encargado de comenzar esta crisis con la vacancia de Martín Vizcarra en plena pandemia, y cuando ayer tuvo la oportunidad de aliviar en algo el dolor del país por los asesinatos de dos jóvenes, solo provocó que la incertidumbre y la inestabilidad se prolongue. Es un Congreso a espaldas de la realidad.
Tras la renuncia de Manuel Merino a la Presidencia de la República, al mediodía, el Pleno del Congreso se reunió para aceptar la dimisión. Acto seguido, la Mesa Directiva encabezada por el legislador Luis Valdez (APP) también dio un paso al costado, obligando a convocar a una elección para elegir a sus sucesores. Hacia las 3:00 pm había una lista que había logrado consenso. O al menos eso creyeron los candidatos.
La lideraba la congresista del Frente Amplio, Rocío Silva Santisteban, y la secundaban sus colegas Francisco Sagasti (Partido Morado), Luis Roel (Acción Popular) y Yéssica Apaza (UPP). Eran los elegidos y parecía no haber reclamos. Pero de un momento a otro todo cambió.
Sagasti retiró su firma y adujo que la lista “se hizo a la carrera” y que no fue meditado. “Hubo un error que está siendo corregido rápidamente”, manifestó cerca a las 6:00 pm. Dos horas después era la votación.
Las discusiones al interior apuntaban a que el Partido Morado debía encabezar la lista porque fue el único bloque que no votó a favor de la vacancia. El Frente Amplio, un partido de izquierda, generaba rechazo en la mayoría.
En ese lapso de tiempo empezaron las negociaciones. El Partido Morado quería liderar su propia lista. El Frepap los apoyaba.
Alianza para el Progreso dejó en claro que no respaldaría la lista si no se respetaba el acuerdo inicial. El resto de bancadas, según fuentes que participaron de la Junta de Portavoces, honraría la lista de Silva Santisteban.
A minutos de cumplirse las 8:00 pm, Sagasti cedió y se reincorporó a la plancha. “Fue un parto”, dijo a este diario una de las congresistas que participó de las negociaciones. A la hora de la votación, sin embargo, el compromiso de muchos quedó solo en palabras.
Se necesitaban 60 votos, pero la lista apenas consiguió 42; 52 congresistas votaron en contra y 25 se abstuvieron.
Silva Santisteban señaló a Gino Costa, del Partido Morado, de estar en contra de su elección. Costa había sido uno de sus aliados en la comisión especial para elegir a los miembros del Tribunal Constitucional (TC), fueron los únicos que pidieron la suspensión del proceso ante irregulares exclusión de postulantes.
“En la Junta de Portavoces se toman decisiones y en el Pleno se voltean”, expresó luego a la prensa. El Frepap, Fuerza Popular y Podemos votaron en bloque contra esa lista.
“No tengo ni medio chicharrón detrás, soy demócrata; yo siempre dije que el gobierno que venga tiene que ser uno de emergencia, de consensos, no tiene que cambiar nada (...) ellos creyeron que yo iba a promover la revolución bolivariana y eso es absurdo”, agregó.
Aunque diga eso, lo cierto es que si hubiese llegado a Palacio, debido a su ideología marxista con la que proclama la eliminación de la propiedad privada y el fin del capitalismo, se hubiese ahuyentado las inversiones y paralizado la reactivación económica, que es la generadora de empleo.
Tras ello, el Pleno suspendió la sesión y se convocó a Junta de Portavoces para la conformación de una nueva lista. Al cierre de esta edición, Francisco Sagasti negociaba su candidatura con Acción Popular, Alianza para el Progreso y el Frepap. Sin embargo, el líder del Partido Morado, Julio Guzmán, anunció que su bancada presentará la lista solo con sus congresistas “sabiendo que puede ser rechazada”.
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