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Gino Costa: “Fue un error de Vizcarra no tener bancada propia”
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A un par de días de la presentación del nuevo gabinete que preside Walter Martos ante el Congreso, el portavoz alterno del Partido Morado, Gino Costa, sostiene que urge un diálogo entre el Ejecutivo y el Congreso que defina una agenda legislativa de aquí al 28 de julio de 2021.
¿Cuáles son sus expectativas del gabinete Martos?
Nosotros lamentamos que estemos pasando por una nueva crisis entre los dos poderes del Estado. Esperamos que sea la última, por lo menos de esta magnitud, y que el gabinete Martos sea bien recibido y cuente con el respaldo del Congreso para ponerse a trabajar en derrotar la pandemia y reactivar la economía.
El primer ministro ya anticipó que esos dos temas son parte de los cuatro ejes del discurso que dará ante el Congreso, además de la seguridad ciudadana y generación de empleo.
Son los más importantes y ambos tienen que ser abordados conjuntamente. No puede uno ser más importante que el otro porque si no derrotamos la pandemia, la recuperación económica va a estar mediatizada, y si no atendemos la recuperación económica, nos vamos a morir de hambre porque hay millones de desempleados como consecuencia de la cuarentena. Eso demanda de los poderes del Estado mayor entendimiento y unidad construidos a partir de un diálogo sostenido y organizado en el tiempo.
¿Cree que el premier está haciendo eco del reclamo que expresaron las bancadas a su antecesor?
Cateriano le puso mayor atención a la recuperación económica y ese ha sido uno de los reclamos del Congreso: que no podemos descuidar la lucha contra la pandemia. El mensaje de Martos tendrá que tomar eso en consideración y también la necesidad de que en el esfuerzo de recuperación económica se ponga mucha atención en cómo ayudar a los micro y pequeños empresarios y no solo a las empresas formales y a las más grandes. Además, debe ir acompañado por una atención al problema social. Se ha anunciado un segundo bono, pero, en realidad, tendríamos que pensar en bonos que ayuden a la gente más golpeada con la pandemia con mayor continuidad. Lo tercero es cómo mejorar la vigilancia epidemiológica que nos permita, a través de pruebas, identificar quiénes están contagiados y hacerles un seguimiento para evitar que contagien a otros.
¿Ve el mensaje de Martos más afín a lo que quiere el Congreso?
Tiene que serlo, porque no nos podríamos dar el lujo de tener otra crisis ministerial, sería una gran irresponsabilidad del Congreso y sus fuerzas políticas de cara al país y a las elecciones del bicentenario. Yo espero que nos evitemos una nueva crisis política y que Martos sepa recoger las preocupaciones que el Congreso ha expresado.
¿Su perfil se ajusta más a lo que exige la coyuntura?
Sí, él tiene varios meses en el gabinete y durante la pandemia, como ministro de Defensa, ha tenido un rol muy protagónico. Martos está perfectamente al tanto de las estrategias sanitarias y de lo que es necesario hacer y corregir para que estas produzcan mejores resultados que los que estamos teniendo. Su experiencia profesional y su trabajo en el gabinete ayudan a ser optimistas de que vamos a tener buenos resultados, eso es lo que espera el país y por eso hay que respaldarlo, porque si le va bien al gabinete, nos va bien a todos; no podemos seguir en una confrontación entre poderes del Estado.
¿Su experiencia militar es un punto a favor o le juega en contra? Sus detractores advierten un riesgo de militarización, pero también están quienes destacan que, como militar, conoce más de cerca el país.
Martos tiene la ventaja de haber estado involucrado estos casi cinco meses de lucha contra la pandemia de manera activa en ese frente, al igual que la doctora Pilar Mazzetti y hoy derrotar la pandemia es una prioridad. Esa experiencia es muy valiosa que la tenga quien está al frente del gabinete. Espero que su premierato no se traduzca en una presencia excesiva de los militares en política; él está como militar retirado al frente del gabinete, pero hay que mantenerse atentos.
¿Deberá priorizar el primer ministro un trabajo articulado con el sector privado? Eso no ocurrió con el gabinete Zeballos.
Se requiere articular mejor con el sector privado, pero también con las organizaciones sociales, sindicatos, sociedad en su conjunto. La lucha contra la pandemia y la recuperación económica es una pelea que no la puede ganar solo el gobierno, ni siquiera con el concurso de las autoridades regionales y municipales; solo la podemos ganar trabajando todos juntos. El esfuerzo de liderazgo y articulación que se exige del Ejecutivo es muy importante para involucrar a todos, y la herramienta para articular al mayor número de actores es a través del diálogo, que debe comenzar por un diálogo entre Ejecutivo y Legislativo para definir una agenda parlamentaria y ponernos de acuerdo en lo que podemos hacer juntos, definir en qué no estamos juntos y cómo abordar nuestras coincidencias y diferencias para hacerle el menor daño posible al país. Ese diálogo debería ser facilitado por el secretario técnico del Acuerdo Nacional, Max Hernández, como se ha pedido.
¿Plantea Ud. un diálogo bilateral con el Parlamento, paralelo al Pacto Perú, propuesto por el mandatario?
Yo creo que el diálogo más urgente en este momento es entre Ejecutivo y el Congreso, sin que eso excluya otras formas y otros actores. (…) Eso significa que el premier, la Mesa Directiva y los voceros de las bancadas puedan reunirse regularmente y empezar a conversar de una agenda parlamentaria de aquí a que termine esta legislatura el 28 de julio del próximo año; tenemos que ordenar el trabajo parlamentario y que las iniciativas del Congreso confluyan, en la medida de lo posible, con los esfuerzos que hace el Poder Ejecutivo y no más bien colisionen.
¿Se puede hacer eso con un Congreso que tiene bancadas que siguen promoviendo medidas populistas como el retiro del 100% de los fondos de la ONP y las AFP?
Precisamente porque hay un desentendimiento en muchos temas, hay que sentarse a conversar. Ese diálogo no ha existido y eso se traduce en iniciativas del Congreso que son rechazadas por el Ejecutivo, que son observadas, luego el Congreso insiste, se aprueban y se genera muy mal clima, no solo en el Ejecutivo, sino en los sectores afectados; eso conduce a nada y eventualmente nos lleva al Tribunal Constitucional y seguimos enfrentados. Hay que tratar de reducir los asuntos conflictivos y trabajar alrededor de aquello que nos acerca, no para evitar el conflicto, sino para reducirlo.
¿Ve voluntad en algunas bancadas que, en año preelectoral, juegan su partido propio con miras a las elecciones?
El hecho de que tengamos elecciones en abril del próximo año hace más difícil el entendimiento entre los poderes, pero, por otro lado, tenemos el bicentenario y no queremos llegar más mal de lo que ya estamos; queremos llegar con la pandemia controlada, con una economía en avanzado proceso de recuperación y con un proceso electoral ejemplar y que nadie cuestione; para lograr eso tenemos que sentarnos a conversar a pesar de que tengamos muchas diferencias.
¿Considera un error del presidente Vizcarra no haber impulsado una bancada propia en este nuevo Congreso que permitiera una mayor articulación con el Ejecutivo?
Sí, claramente eso está contribuyendo a la tremenda inestabilidad en las relaciones entre Ejecutivo y Legislativo. Entiendo que el presidente ha sostenido que no lo hizo para que no creyeran que tenía una agenda política propia que enturbiara el proceso electoral y los meses que quedaban de su mandato, pero, en términos prácticos, ha afectado mucho la relación entre los dos poderes del Estado. Espero que nosotros podamos enfrentar esa limitación con una política de diálogo que ayude a darle estabilidad a una relación que ahora es muy incierta y le genera muchos problemas al país.
El Pleno del Congreso aprobó darle participación a la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) en la organización de las elecciones internas de los partidos pese a que esa entidad ha señalado que no está en capacidad de realizar estos procesos a través de delegados. ¿La norma no obstaculizará el proceso?
No es una ley perfecta. Hubiéramos preferido que el Congreso aceptara la propuesta de los organismos electorales en el sentido de que los partidos seleccionen a sus candidatos a través de elecciones internas organizadas por la ONPE y con un militante un voto. No es una fórmula perfecta, pero es un avance importante haber involucrado al sistema electoral en las internas. Había muchos partidos que querían que las cúpulas directamente eligieran a los delegados. También hemos acordado que se dé un plazo mayor para la inscripción de las nuevas organizaciones políticas y se permita que los candidatos que hasta este momento no estaban incorporados en un partido puedan hacerlo hasta el 30 de setiembre.
¿Qué pasará con la segunda votación de la ley que impide postular a los sentenciados por delito doloso? ¿Alcanzarán los votos?
El Congreso tiene que ratificar en segunda votación esa reforma. Fue votada por ocho de las nueve bancadas, pero dos de ellas, Unión por el Perú y Podemos, se han tirado para atrás y no quieren ratificarla. Las seis bancadas que insisten en su ratificación suman 90 congresistas y necesitamos 87 votos. Lo que hay que asegurar es que se convoque a un Pleno en el que estén esos 90 congresistas porque, si no, se nos cae la reforma; sería una pésima señal.
“Hay que continuar la reforma educativa”
El gabinete Martos podría recibir la confianza, pero aún están pendientes dos interpelaciones. Mala señal…
No basta darle la investidura al gabinete. Ojalá que el Congreso también tenga en cuenta la necesidad de poner por delante al país y no los intereses políticos, partidarios o personales. Hay que darle continuidad a la gestión en Educación y Economía; serían altamente inconvenientes otros cambios ministeriales después de que se le dé el voto de confianza al gabinete.
¿Hay bancadas abiertamente contrarias a la reforma universitaria y lo que representa la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu)?
Lo veremos en la interpelación al ministro de Educación, Martín Benavides. Va a ser una buena oportunidad para saber si, en efecto, hay bancadas que lo que quieren es detener la reforma universitaria y hacer retroceder y acabar con la Sunedu, porque lo curioso es que a Benavides lo interpelan, no por su trabajo como ministro de Educación, sino por su trabajo como superintendente de esa entidad, eso es inusual. La interpelación está destinada a cuestionar el trabajo de un ministro como tal, no sus anteriores empleos en el sector público o privado, y es lo que está ocurriendo con Benavides. Además, a él ya lo está investigando por los mismos hechos la Comisión de Educación; eso también es inédito.
¿Para usted es claro, entonces, que hay ese sentimiento antirreforma en este Parlamento?
En un Congreso donde el Ejecutivo no solo no tiene mayoría sino que no tiene representación, es muy fácil pasar a la censura. Si hay una mayoría de bancadas que quiere sabotear a la Sunedu y, eventualmente, revertir la reforma universitaria, lo veremos ahora. Ojalá eso no ocurra porque no es lo que quiere el país ni los estudiantes, que ven con mucha simpatía el trabajo que viene haciendo esa institución.
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Datos:
- Gino Costa fue ministro del Interior y su primera experiencia parlamentaria se dio en 2016 con Peruanos por el Kambio. Fue reelecto en marzo último por el Partido Morado.
- Es vocero alterno de esa agrupación así como miembro de las comisiones de Constitución, Justicia y Economía.
- Costa dijo que, con miras a las elecciones de 2021, el Congreso tiene pendiente ampliar la franja electoral toda vez que se han eliminado los aportes privados que permitían el acceso de los partidos a la radio y TV.
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