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Jaime de Althaus: “Un gobierno de este Congreso sería muy peligroso”
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Jaime de Althaus no edulcora sus críticas al gobierno de Martín Vizcarra. Lo considera una persona “avezada”, lo que implica el riesgo de que use la presidencia para obstruir la justicia. Sin embargo, afirma que en una democracia la vacancia debe ceñirse al debido proceso.
Este lunes se debate la segunda moción de vacancia. ¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Debido a las denuncias de presuntos sobornos que ha recibido el presidente Martín Vizcarra. Según la Constitución, un presidente no puede ser acusado mientras dure su mandato, habría que esperar hasta el año 2021 y que entonces sea procesado y acusado. El problema está en la institucionalidad de la vacancia por incapacidad moral permanente, que plantea una fórmula que no requiere debido proceso y en una democracia debería haber debido proceso. Nadie puede ser sancionado, castigado o vacado sin que se demuestren los hechos por los cuales se le acusa. Tal como están planteadas las cosas, esta es una decisión que se ajusta mucho a la arbitrariedad política. El problema acá es que el presidente Vizcarra ha demostrado que es una persona avezada y, por lo tanto, existe un riesgo de que use la presidencia para obstruir la justicia, amenazar a testigos, desaparecer pruebas o, incluso, para intervenir en las elecciones de alguna manera, favoreciendo o desfavoreciendo a algunos candidatos.
Sin duda, el pedido de vacancia es una decisión política, pero en este caso es impulsada desde la cárcel por Antauro Humala.
Por supuesto. Él está interesado en que sea vacado el presidente, en generar caos de cualquier manera. Lo que él quisiera es que se postergaran las elecciones para tener más oportunidad de participar buscando una liberación temprana, aunque él solo puede salir de la cárcel en 2024. Pero, claro, él juega a eso y utiliza a (Edgar) Alarcón para ese fin. El problema es que la institución misma de la vacancia por incapacidad moral permanente se presta a mociones de vacancia de este tipo. Hay quienes razonan de la siguiente manera: por razones morales, por vergüenza ciudadana, no es posible soportar a un presidente que presuntamente ha sido sobornado de manera millonaria en varios proyectos; entonces, por un asunto de dignidad, habría que vacarlo. El problema es que debería haber un debido proceso. Las denuncias de los distintos aspirantes a colaboradores eficaces coinciden, pero todavía hacen falta las pruebas; eso debería verse en un proceso judicial y a eso debería esperarse, pero el presidente está rehuyendo ir a la Fiscalía. Por otro lado, la fiscal de la Nación entrampa el problema encargando el tema a otra fiscalía del sistema anticorrupción, lo que favorece también a Vizcarra.
Al margen del aspecto fiscal están en juego los intereses políticos de esos sectores radicales representados en el Parlamento y de otras agrupaciones que se han manifestado a favor de la vacancia.
Sí, por supuesto. Creo que al final la vacancia, salvo que aparezca una información muy grave este fin de semana, no va a pasar. Es una discusión inútil pero que tiene en vilo al país y no es conveniente para la estabilidad política y la continuidad de las acciones de gobierno de lucha contra la pandemia y la recesión económica. (…) Por otro lado, un gobierno del Congreso sería muy peligroso porque no habría ningún contrapeso para esta cantidad de proyectos y leyes populistas que se aprueban, que son tremendamente dañinos y pueden destruir la posibilidad de recuperación económica a mediano plazo (...). En la votación anterior (de la vacancia) aparentemente Manuel Merino tenía la aspiración de llegar a ser presidente durante unos meses, lo cual era casi patético...
Este pedido de vacancia preocupa también a la ciudadanía, que mayoritariamente cree que Vizcarra debe concluir su mandato. El Congreso, sin embargo, le da la espalda a este requerimiento.
Efectivamente. Según la última encuesta de Ipsos, el 78% de la población quisiera que Vizcarra termine su mandato y eso es lo que debería ocurrir; mientras tanto, que sea investigado, pero el asunto es también que él no debe dilatar ni obstruir la justicia. No debe buscar recursos para no ir a declarar ante el fiscal.
¿Cómo nos deja, como país, la presentación de dos pedidos de vacancia en el contexto internacional?
Una segunda vacancia, si consideramos que la salida de Kuczynski fue una suerte de vacancia, en un solo periodo presidencial, es una señal muy mala a nivel internacional. Es como si estuviéramos ante un Estado prácticamente fallido; por eso se requiere una reforma política distinta a la que se ha planteado para que, en adelante, la gobernabilidad del país sea mucho más progresiva, eficaz y que funcione.
¿Hay un aprovechamiento político del Congreso al no contar el presidente con una bancada que lo avale?
Claro que sí. Aquí ha habido una gran irresponsabilidad del presidente Vizcarra y un indicador de que la disolución del Congreso para él no tenía la finalidad de buscar la gobernabilidad. Si un presidente no puede gobernar, disuelve el Congreso para buscar una mayoría propia que le permita gobernar, pero el presidente no lanzó su propio partido, no buscó su propia mayoría, sino que dejó que la cosa funcionara y le ha salido el tiro por la culata. Es un acto de irresponsabilidad muy grande. El presidente no tiene mayoría, no tiene gente, y como estamos en un año electoral, es un Congreso muy fragmentado en donde ha ingresado, además, gente de la segunda fila de los partidos; entonces, se ha desatado una competencia populista desaforada que está dañando mucho al país.
¿La no reelección congresal ha contribuido a estos afanes populistas, toda vez que ahora los parlamentarios no tienen ahora la obligación de rendir cuentas a la población?
Exacto. Muchos de ellos quizás quieran postular después a gobiernos subnacionales y están haciendo todo lo que pueden para darse a conocer con proyectos completamente irresponsables (…). El problema va a ser para el próximo presidente, que va a tener la tarea difícil de reconstruir la economía y para eso va a tener que buscar acuerdos para aprobar reformas y leyes que permitan viabilizar la reconstrucción económica, él va a requerir formar una coalición de gobierno.
¿En qué consistiría?
Los dos candidatos que pasen a segunda vuelta probablemente lo hagan con escasa votación. El presidente que salga elegido no va a tener una bancada importante porque una reforma que debió aprobarse y no se aprobó es elegir al Congreso en la segunda vuelta para que el presidente tenga por lo menos una mayoría relativa importante, pero eso no va a ocurrir. Entonces, para que el presidente pueda gobernar, va a tener que aliarse con otras bancadas, formar una coalición que debería construirse, si fuera posible, en la primera vuelta.
¿Esa fragmentación parlamentaria colocaría en una posición debilitada al próximo mandatario? ¿Corremos el riesgo de repetir la historia con un presidente sin respaldo propio en el Legislativo, a diferencia del que tuvieron Alan García, Toledo o Humala?
Creo que el presidente que gane ahora va a tener una bancada más pequeña que la que tuvieron esos presidentes. Ellos tampoco tuvieron mayoría, tuvieron que aliarse de alguna manera. Lo que no se va a dar ahora es una situación como la de 2016, en la que un presidente llega con un Congreso que tiene una mayoría total contraria de un solo partido; eso no se va a dar.
La ministra de Economía ha señalado que el pedido de vacancia afecta las inversiones y que las leyes populistas que viene dando el Congreso van a mandar al país por la borda...
Las dos cosas son ciertas. No es posible enfrentar una pandemia, una situación tan grave como la que tenemos con un gobierno dividido, con un Ejecutivo que marcha en un sentido y un Congreso que va en otro completamente diferente. Hay una irresponsabilidad, una demagogia muy grande en el Congreso. La cantidad de proyectos populistas que se han aprobado van a afectar la recuperación nacional, a desalentar la inversión. No se sabe cómo va a evolucionar la política peruana, pero si lo va a hacer en el mismo sentido de este Congreso, entonces las inversiones se van a retraer; no hay ninguna seguridad jurídica, no sabes hacia dónde puede evolucionar el modelo económico.
¿Advierte liderazgo en los candidatos que aspiran llegar a la Presidencia de la República?
Primero salió un pequeño grupo de candidatos nuevos e interesantes. Básicamente Hernando de Soto, que es un activo nacional y ojalá pueda enganchar con los sectores populares. Tiene una propuesta interesante, pero quizá no la capacidad de comunicación suficiente, y es una persona muy conocida a nivel internacional que podría traer a los mejores especialistas del mundo a ayudarnos a salir adelante. Fernando Cillóniz es un candidato de primer nivel también. George Forsyth vamos a ver cómo se desempeña. El tema es que aparentemente la votación se va a distribuir entre muchos candidatos, no va a haber un candidato que lidere de manera apreciable las encuestas (…). El hecho es que con muy poca votación, quizás con el 15%, se podrá pasar a segunda vuelta. Lo que está pasando hoy es el reflejo de la precariedad de nuestro sistema político.
DATOS:
- Jaime de Althaus Guarderas es antropólogo, periodista y ha publicado varios libros como La promesa de la democracia y La gran reforma (de la seguridad y la justicia), entre otros.
- Según De Althaus, la disolución del anterior Congreso fue inconstitucional. “No se podía hacer cuestión de confianza sobre la elección de magistrados del TC, que era competencia exclusiva del Parlamento”, dijo.
- Acotó que en una eventual vacancia, a Acción Popular no le conviene ocupar la Presidencia dada su participación en la lid electoral.
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