Por: Juan Fernando Correa, empresario.
Existen varias maneras de vivir nuestras Fiestas Patrias. Para la mayoría de los peruanos es un motivo de celebración y la oportunidad de reunirse con sus seres queridos; también de tomarse unos días de descanso y viajar por el país. Para los emprendedores, la posibilidad de trabajar en todo lo relacionado al comercio, el turismo y la gastronomía.
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Para una minoría, sucede todo lo contrario. Son manipulados para que participen en marchas que generan violencia. Una convocatoria que va en contra del espíritu de estas fiestas y en sentido contrario de lo que quieren los peruanos de bien.
¿Qué viviremos el 28 de julio de 2026? El futuro no está claro, pero podríamos volver a vivir lo segundo: la violencia manipulada por los enemigos de la libertad, mientras un nuevo gobierno asume el poder y un nuevo congreso, con diputados y senadores de todos los colores, marca una nueva dirección política para el país.
El Perú tiene un potencial gigantesco de lograr progreso y desarrollo. Tenemos una compleja geografía, pero que nos da una fabulosa diversidad y riqueza productiva enormes. Somos el único país en Sudamérica con una historia milenaria de altísimo valor que nos marca una personalidad única. Y tenemos también una enorme diversidad cultural que nos da múltiples visiones de cómo llevar la vida en nuestro país. El Perú sí puede ser un ejemplo de desarrollo en América Latina y el mundo.
Si es así, si en efecto estamos en un país con un potencial gigantesco, ¿por qué estamos paralizados?
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Los primeros 12 años de este siglo mostraron un enorme crecimiento económico y una fuerte reducción de la pobreza. En el mundo formal, la mayoría pensábamos que ya estaba nuestro país encaminado al progreso, pero todo eso se detuvo producto de una guerra cultural para la que el sector privado no estaba preparado. Desde 2011 a la fecha hemos sido gobernados principalmente por políticos de izquierda radical y populistas que han creado pérdidas y frustración para todos los peruanos.
Hoy la mayoría de peruanos siente una profunda desconfianza en el Estado y los políticos; son vistos como sinónimo de corrupción. Y ve a la empresa privada como insensible a las personas. Siente un profundo estado de abandono. Esto es un caldo de cultivo para tener el 28 de julio de 2026 juramentando a un presidente que promueva las ideas del socialismo, como lo vivimos en 2021.
Para asegurar el progreso, la sociedad civil debe tener una presencia fuerte para poner topes a los desmanes del Estado. En el Perú, lo único que vemos son organizaciones que buscan crear el cambio cultural hacia el socialismo. Y claramente, están alcanzando un impacto significativo en nuestra población.
En defensa de las ideas liberales hay muy pocos esfuerzos. El sector privado ha pensado muy poco en la necesidad de aportar a estas ideas, a pesar de que son las que definen el futuro del crecimiento económico y de las empresas. La respuesta ha sido impulsar acciones individuales de responsabilidad social y de sostenibilidad. Tenemos más de diez mil acciones de este tipo, pero es evidente hoy que eso no cambia la percepción del mundo privado.
Se vienen dos años complejos. Levanta la mano si quieres que el Perú regrese al camino del crecimiento y el desarrollo. Únete y aporta a los esfuerzos privados que defienden la libertad y los que llevan adelante acciones que buscan generar impactos masivos en la población que muestren que al sector privado sí nos importan las personas de nuestro país.
Hagamos todos un verdadero esfuerzo patriótico para hacer un impacto positivo que nos lleve al cambio de aire que el Perú necesita.
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