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Los cultivos de hoja de coca aumentaron a más de 80 mil hectáreas en el Perú
Tras un paro de 48 horas a inicios de semana, una tensa calma se vive ahora en Pichari (La Convención, Cusco) y el resto del Vraem luego de la insólita decisión del Ministerio del Interior de suspender “temporalmente” la erradicación de cultivos ilegales de hoja de coca en la zona, mientras corre el plazo otorgado por los cocaleros –hasta el 30 de septiembre– para la instalación de una mesa de diálogo directamente con la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).
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Tras un paro de 48 horas a inicios de semana, una tensa calma se vive ahora en Pichari (La Convención, Cusco) y el resto del Vraem luego de la insólita decisión del Ministerio del Interior de suspender “temporalmente” la erradicación de cultivos ilegales de hoja de coca en la zona, mientras corre el plazo otorgado por los cocaleros –hasta el 30 de septiembre– para la instalación de una mesa de diálogo directamente con la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).
Una situación generada por el propio Gobierno de Pedro Castillo, sumergido en los últimos meses en dobles discursos en la lucha contra las drogas, dando carta libre al narcotráfico. Sin embargo, mientras todo ello ocurre, las cifras no se pueden maquillar más.
La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) publicó ayer el último informe sobre la situación de los cultivos ilegales de hoja de coca en el país, los cuales evidencian que –al 2021– la superficie cultivada no ha hecho más que incrementar, superando las 80 mil hectáreas, frente a las 61 mil registradas un año antes (ver gráfica).
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Además, el Vraem –en donde el gobierno pretende ‘industrializar’ la hoja de coca– sigue siendo la principal zona productora, con más de 32 mil hectáreas ilícitas.
La presentación del informe fue encabezada por el jefe del organismo, Ricardo Soberón, quien hace unos meses se paseaba por la zona de emergencia asegurando a los cocaleros que “en el Vraem no va a haber erradicación”, insistiendo irresponsablemente en su propuesta de autorregulación con un supuesto “pacto social ciudadano”.
Pero, incluso a pesar del anuncio realizado por el Mininter de solo suspender momentáneamente la interdicción, Soberón subrayó ayer que ya “se ha logrado la meta de 1,200 hectáreas erradicadas en la zona del Vraem” previstas en el plan anual, y que “ahora toca ver a otros territorios”.
“Se han cumplido a cabalidad los compromisos (internacionales) y las metas que planificamos inicialmente, y seguiremos haciendo las tareas que correspondan en otros lugares del país”, dijo.
Fuentes de Perú21 aseguraron que en el Vraem solo se erradicó cultivos en Mazamari y que la suspensión llegó cuando se comenzaban los trabajos en Alto Anapati. Las fuentes aseguran que se intervino en zonas de poca importancia.
Soberón insistía hasta hace poco que incluso esas hectáreas establecidas como meta anual para el Vraem –apenas el 4% de la zona– serían “reducidas voluntariamente”. Ahora, los cocaleros piden retirar a Devida del Vraem.
“ES UNA PANTOMIMA”
Para el exministro del Interior Rubén Vargas, la paralización de la erradicación en el Vraem a días de iniciada no es otra cosa que “una pantomima que han hecho (desde el Gobierno) solo para decir a la comunidad internacional que ellos querían erradicar en el Vraem, pero la ‘convulsión’ social les ha impedido continuar”.
“Hay que decirlo con absoluta claridad: hay una doble agenda en cuanto al narcotráfico y la coca ilegal en este Gobierno. Por un lado, pretenden decir que están erradicando, pero lo hacen en zonas sin mayor importancia y, en aquellas en donde sí se tiene que tener una posición firme, hay un acuerdo político”, remarcó.
Vargas incidió en que las 80 mil hectáreas de cultivos de hoja de coca significan más de mil toneladas de producción potencial de cocaína. “Eso nos conduce a un escenario de drogas y narcotráfico similar a la década de los 90; es decir, al peor momento en la historia negra del narcotráfico”, apuntó.
SABÍA QUE...
Un crecimiento alarmante de los cultivos ilegales se registró en Contamana (Ucayali) y Callería (Loreto), en donde aumentó en un 168% y 144%, respectivamente. En el informe también se consigna cómo se pasó de 25,526 hectáreas erradicadas en el 2019 a solo 5,775 en el 2021 a raíz de la pandemia. Para el reporte del 2021, se incrementó cinco áreas: Amazonas, Bajo Huallaga, Bajo Ucayali, Camanti y Madre de Dios.
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