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Marisol Pérez Tello: “Tengo un espíritu chúcaro”
“Siempre pensé que ella (Boluarte) nunca debió jurar hasta el 26. Y creo que si ella hubiera dicho, si el Congreso no adelanta elecciones yo renuncio en un año, no hubiera sucedido todo lo que pasó”, afirma la notaria y fundadora del partido Lo Justo.
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Agilidad y velocidad a la hora de pensar, hablar, moverse y captar al vuelo cualquier idea, seria o llena de humor. La ‘Chata Candela’, como la conocían en la universidad, cuenta que cada vez que puede juega billar en un “point” con una de sus mejores amigas, también abogada y notaria. Que sigue teniendo alma de chiquilla al punto de ver dibujos animados y matarse de risa con su hija de 20 años “que es una hermosa”. Cuenta que su vida está marcada por su infancia en campos mineros en Toquepala y Cuajone. Por su padre, médico oncólogo e inventor “fuera de serie” y su madre, contadora, trabajadora, fuerte y mandona “quien administraba los recursos del hogar”. Explica que vive con la alegría de servir y que eso lo aprendió con la Legión de María, un grupo de formación religiosa donde conoció al padre Pablo que tras confesarla, la mandó a comprarle un helado B.B. como penitencia. Ríe. Ríe fuerte cada vez que puede y, sin embargo, dice que ayudar por medio de la caridad la frustraba, que necesitaba un espíritu de mansedumbre que no tiene. “Yo tengo un espíritu chúcaro”, confiesa mientras recuerda cómo descubrió su vocación. “Siempre aparecía alguien más que necesitaba ayuda, así que cuando tuve 16 años y la capacidad para entender que había problemas estructurales, pensé en la política: “Esa es”, se dijo y eligió el camino que hoy toma una nueva forma con la creación de Lo Justo, un partido de centro que acaba de lanzarse con la intención de buscar su inscripción en el ROP antes del 16 de julio para poder participar, junto a Flor Pablo, Alberto de Belaunde y otros políticos que se irán anunciando de a pocos, en las próximas elecciones.
Aunque has estado desde la universidad en política, también crees que es un mundo lleno de desencantos.
Sí, los desencantos universitarios son los mismos que los de la política nacional donde hay traiciones, pero cuando era chica me dolía y ahora me da risa. Ahora los puñales me los saco nomás, me chorrea la sangre y me lavo.
¿Quién te convenció para entrar en política nacional?
Cuando estaba embarazada, Lourdes Flores Nano, a quien yo conocía de siempre, me invitó a hacer formación en el PPC. Le dije que no estaba animada, pero luego me preguntó: ¿qué país quieres para tu hija? Fue así que me quedé en el PPC formando cuadros.
¿Y creíste en Lourdes y estuviste en el partido, incluso cuando ya no estabas cómoda allí?
Yo he creído mucho en Lourdes, digamos que ha sido mi inspiración y no voy a hablar mal de mi época en el PPC porque no es correcto. Solo diré que me molesta cuando el partido toma decisiones que terminan afectando la estabilidad del país, por ambición o por egoísmo. Después de eso solo tengo gratitud para el PPC.
¿Pero ya no representaban lo mismo?
Lourdes creía en el fraude y yo no, por ejemplo. Y, con respeto y cariño, no sé si siempre pensamos distinto y yo no me di cuenta, porque cómo entonces me hubieran dejado formar cuadros en el PPC, desde el 2003 hasta que me fui, si creían que yo no pensaba como una social cristiana. De hecho, hoy día yo formo jóvenes a nivel mundial en la Academia de Líderes Católicos por mandato del Papa Francisco.
¿Cuándo fue tu quiebre con el PPC?
Desde la alianza con el APRA, ahí creo que fue el primer divorcio.
¿Y, sin embargo, te quedaste hasta hace muy poco?
Me quedé porque soy una mujer disciplinada y creo en el principio de autoridad. No me veía fuera del PPC y probablemente, si no se hubieran juntado la muerte del doctor Bedoya, la pérdida de la inscripción como partido y el fallecimiento de dos extraordinarias amigas pepecistas hasta el tuétano que no me lo hubieran perdonado nunca, no me hubiera ido. Me hubiera quedado renegando y muy frustrada.
¿En qué consistía esa frustración?
Es que mis luchas, que para mí son de una opción preferente por los pobres y profundamente socialcristianas, no eran comprendidas: derechos para el colectivo LGTBI, clave de derechos, mundo indígena, desaparecidos, respeto a las instituciones armadas. Yo soy capitán del Ejército y a mucha honra, pero se violaron derechos humanos y hay que asumir responsabilidad individual. Nada de eso se reconocía como una fortaleza, todo era como una debilidad. Lo que hoy llaman caviar.
Justamente, ¿con el PPC estabas protegida de ser llamada caviar?
Sí, y, sin embargo, siempre había cuestionamientos de las causas que yo enarbolaba, que me parecen profundamente socialcristianas. Yo creo en los derechos humanos y los defiendo. Creo en la dignidad de la persona humana, que debería de ser la que rige a las políticas públicas. Creo en la economía social de mercado, en el mercado. Creo en la libertad, en todas las libertades. Si a eso le quieres poner una etiqueta, ponle pues.
En todo caso, ¿te liberas del PPC y decides crear Lo Justo?
No. Me libero del PPC y decido buscar la confluencia de centro y no plantearme ni siquiera la posibilidad de una candidatura. Nada, porque eso me quitaba la posibilidad de ser un elemento unificador.
Pero ahora encabezas Lo Justo.
Hoy, pero porque las reglas han cambiado tanto desde que entró Castillo. Se han cargado las PASO, han cambiado la legislación usando la fuerza de los votos y no la fuerza de la razón y contra eso me rebelo junto a otras personas, varias con un perfil propio político, que sueñan con un lugar horizontal, con meritocracia, donde el dirigente social aspire a ser candidato porque representa a la gente mejor que cualquier otro.
¿Crees que deberían vacar a la presidente?
Siempre pensé que ella nunca debió jurar hasta el 26. Y creo que si ella hubiera dicho, si el Congreso no adelanta elecciones yo renuncio en un año, no hubiera sucedido todo lo que pasó. Ahora, un adelanto de elecciones, armando un partido y decir no estoy de acuerdo, sería bien comodón ¿no?, y acomodarme en la coyuntura no va con mi personalidad.
Para terminar, hoy lideras Lo Justo, ¿serás la candidata?
No. En Lo Justo todos somos generales y soldados y hasta el momento que entremos a las internas se verá quién es la persona que está en mejores condiciones, quien tenga menos rechazo y que pueda aglutinar el centro. Por ahora, Flor Pablo y yo hemos salido como patos de feria y lo sabemos, pero necesitábamos decirle al país que queremos una opción democrática, meritocrática y honesta.
Datos del personaje
Salió de la Universidad Católica por deficiencia académica. La doctora Mauqui le regaló el valor de un maestro de decirle NO a un estudiante. “Me dijo, mira Marisol, tú eres una mujer encantadora, pero de encanto no se vive y hay que trabajar”.Perdida y desubicada entró a La Gamor, un tecnológico donde estudió Mecánica de Banco y Ajuste, que es torno. Soldadura y Electricidad automotriz. Era la única mujer.Estudiaba a la vez inglés y, en las tardes, teatro profesional. Participó en una obra llamada “Corrupción en el Palacio de Justicia”.Terminó Derecho en la Universidad San Martín, antes estudio también modelaje, porque su mamá le dijo que sino no le pagaba el curso de Mecánica.
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