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[Perfiles21] Rafael Belaunde Llosa: ¿Se cocinan outsiders?
[Perfiles21] Rafael Belaunde Llosa: ¿Se cocinan outsiders? | Valerie Vásquez de Velasco conversa con Rafael Belaunde Llosa, fundador del partido Libertad Popular.
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En medio de la conmoción e incertidumbre que se viven en nuestro país, existen grupos con más y menos experiencia en la función pública que andan buscando un espacio en el ROP, el Registro de Organizaciones Políticas del JNE. Más de uno nuevo buscará intentar suerte en las próximas elecciones generales, sean estas adelantadas o no. Entre ellos, Libertad Popular, un partido con el que Rafael Belaunde Llosa y sus socios políticos tratarán de ofrecer una plataforma sobre la cual trabajar una salida efectiva a la crisis constante de nuestro país. Libertad Popular no habla de un candidato aún; de hecho, está en la última etapa de inscripción, al igual que el Apra y a saber cuántos partidos más. Aunque la experiencia de Belaunde Llosa en la gestión pública es, más que breve, fugaz –porque fue parte del gabinete sin confianza de Pedro Cateriano, durante el gobierno de Martín Vizcarra, como ministro de Energía y Minas–, sus ideas se están cocinando prácticamente desde la cuna, pues es nieto de Fernando Belaunde Terry, con todo lo que eso implica.
LA CARA DEL PARTIDO
Se dice de la izquierda y de la derecha que están atomizadas, que hay demasiados partidos o propuestas y, efectivamente, así es. Sin embargo, esta opción, dice Belaunde, aunque tiene cerca a conocidos políticos como Pedro Cateriano y la exministra Diana Álvarez Calderón, “tiene también un equipo de personas con experiencia en la administración pública y gente vinculada al mundo de la pequeña y mediana empresa”, razón por la que no ha definido a un candidato. Explica, además, el fundador de Libertad Popular –y nada que ver con Acción Popular, aclara– que la política en el Perú es tan volátil e impredecible que verán, con el pasar de los días y semanas, si la cara presidenciable sería alguien del partido, quien surja de una alianza más adelante, o incluso con el apoyo de otro personaje que aparezca en la escena política nacional.
LAS SALIDAS A LA CRISIS
Para comenzar, dice Rafael Belaunde, la libertad es el eje fundamental para la prosperidad económica de las personas y para el desarrollo personal, por lo que, dice, se define más como liberal que como conservador, aunque en política monetaria, explica, sería más conservador. “Es bien difícil tener una posición absolutista en el Perú, por el enorme desafío socioeconómico y geográfico, pero sí creo que la base de todo es la actividad privada. Si no se promueve la actividad económica, el Estado no va a obtener recursos para atender las necesidades”, asegura. Considera así que se tiene que corregir la manera en que el Estado moviliza todos los recursos que tiene en favor de la población y también conseguir, entre otras cosas, invertir el 80% de informalidad. “Es muy caro ser formal en Perú, para todos es cierto, pero más para las microempresas debido al diseño legal que condena a esas personas a la informalidad. De hecho, en la minería artesanal pasa lo mismo y todo parte por solucionar la inversión y así lograr la reactivación económica, sin olvidar que la pacificación del sur es esencial”, explica.
POLÍTICO DE FAMILIA
“Mis recuerdos de niñez están vinculados a la figura política de mi abuelo, quien llegó por segunda vez a la presidencia cuando yo tenía 6 años”, dice el nieto de Fernando Belaunde, quien vivió los primeros meses de vida en Orcopampa, Arequipa, donde trabajaba su papá. Aunque creció en Lima y en Washington junto a sus hermanos, luego del colegio, por la separación de sus padres, se mudó con su abuelo, precisamente el expresidente, y su esposa, Violeta Correa. Allí, explica, pudo absorber valiosos aprendizajes: “Pude entender su amor por el Perú, que en la diversidad cultural, étnica y geográfica del país está su mayor posibilidad y fortaleza. Además, que en la tenacidad, perseverancia y honestidad está el camino hacia el progreso”. Aunque hasta ahora no se ha acercado a la política, Rafael Belaunde, con 48 años, dice que buscó acumular capital en la actividad privada para hacer justamente lo que hoy se propone: “Hay una degradación en cuanto a la calidad profesional y ética de los políticos, y creo que hay que participar. Siempre he tenido inquietud por el país y considero que todo el que pueda contribuir de alguna forma tiene que hacerlo y en eso estamos”, concluye.
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