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Revelan audio de Susana Villarán hablando con Gabriel Prado y José Miguel sobre aportes de Odebrecht
Gabriel Pardo, exgerente de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Lima, negó haber tenido participación en hechos ilícitos y dijo que se usó su nombre sin su conocimiento para abrir una cuenta en Andorra. El audio fue difundido por Cuarto Poder.
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Susana Villarán admitió que su error más grave fue el permitir que empresas privadas financiaran su campaña. (Foto: GEC)
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Cuarto Poder difundió esta noche el audio de una conversación que mantuvieron la ex alcaldesa de Lima, Susana Villarán, y los ex funcionarios de su gestión edil, José Miguel Castro, exgerente municipal, y Gabriel Prado, exgerente de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Lima.
Como se recuerda, sobre ellos pesa un pedido fiscal de 36 meses de prisión preventiva en el marco de la investigación por los presuntos aportes de Odebercht y OAS para las campañas del No a la revocatoria (2013) y de reelección de Villarán (2014).
En el audio, que data de setiembre del 2017, se escucha a la exburgomaestre manifestar su preocupación porque se haga público que ella y José Miguel Castro solicitaron “tres palos verdes” (tres millones de dólares).
Gabriel Prado hizo público este audio en un intento por demostrar que él no está involucrado en la recepción de dinero para la exalcaldesa. Según su testimonio a Cuarto Poder, la razón por la que tiene abierta una cuenta a su nombre en Andorra es porque firmó sin leer una serie de papeles. La Fiscalía le imputa el presunto delito de asociación ilícita para delinquir por “haber creado una cuenta en la Banca Privada de Andorra, el cual lo tenía como beneficiario final, para la introducción de dinero maculado para la campaña por el No a la revocatoria de Susana Villarán de la Puente, dinero proveniente de la división de operaciones estructuradas de Odebrecht”.
El audio difundido hoy por Cuarto Poder:
Susana Villarán (S.V.): Me estás mirando con una cara que…
Gabriel Prado (G.P.): Pero qué quieres, Susana. ¿Que esté feliz? ¿Que esté absolutamente en paz, en tranquilidad? Sabiendo que mañana y pasado, y que mi vida laboral, que la estaban reconociendo, ¿se ha ido al diablo? ¿Que mis relaciones, este… personales se han ido al trasto? ¿Que no voy a conseguir trabajo en los próximos 5 años y que toda la gente me sindica como el corrupto? ¿Qué quieres? ¿Que esté tranquilo y que te mire con tranquilidad? Por favor, Susana.
S.V.: Escúchame, hay una cosa que me han dicho. Y es que es un tipo en Brasil, ha dicho que tú y yo, hemos ido a conversar para que nos den tres palos verdes. Yo me devano, ¿entiendes?... si es que eso va a aparecer en cualquier momento de buena fuente.
José Miguel Castro (J.M.C.): ¿Quién te ha dicho eso?
S.V.: Personas que tienen conocimiento, que prueban de que José Miguel Castro y Susana Villarán me han pedido a mí tres millones de dólares. Pero, quiero decir, porque aquí el único que dentro de todas las cosas tiene una cuenta a su nombre es Gabriel. Es serio, pues ¿no? Tener una cuenta a nombre tuyo es gravísimo. Es una cuenta... no es mi cuenta. Es una cuenta. Exactamente, han podido hacerlo a nombre de, escúchame, han podido hacerlo a nombre de mi hermano y esto lo han hecho para joder. (Ininteligible) aprovechando una solicitud de chamba.
J.M.C.: Pero era, además, esa era la forma de operar de ellos, porque…
S.V.: Recién ahora nos enteramos de toda las mierdas que son. En ese momento todos hemos actuado de buena fe.
G.P.: Yo conversé con ustedes dos y les pedí que me ayuden a reengancharme laboralmente.
S.V.: Sí.
G.P.: Les dije: miren, yo he perdido el trabajo por una cuestión de gestión, no por una cuestión dolosa y necesito que ustedes, con los contactos que existen, me puedan recomendar para hacer un trabajo vinculado a lo que yo hacía antes de entrar a la municipalidad. Que era ese antes, algo vinculado a relaciones comunitarias o algo de inversión social. Tú me llamas un día y me dices: “Hay una posibilidad y necesitamos conversar”. Perfecto. Y me dices que lleve tres cosas: mi DNI, la copia de mi pasaporte y mi currículo.
J.M.C.: Tu currículo.
G.P.: Nos reunimos tú, una tercera persona y yo. Él revisa mis documentos y me dice que conversó contigo sobre esta posibilidad y que la próxima semana, a través tuyo, me informarían sobre qué cargo podría ocupar o dónde. Y era una suerte de tres contratos. Yo firmé documentos, hablamos alguna generalidad más, me paré y me fui. Eso duró cinco minutos, máximo. Tú te quedaste con él. Entonces, no podemos salir de esta reunión José Miguel, sin saber quién era esta persona. O sea, ¿cuál es el nombre de esta persona y qué función cumplía? Porque a raíz de los hechos, esta información da origen al problema de fondo. En segundo lugar, a los tres meses yo te pregunté sobre el tema.
J.M.C.: No antes, mucho antes.
G.P.: Digamos, un mes antes si quieres, te pregunté. (…) Y tú me dijiste: este tema no va. Sí. Estamos de acuerdo. Ese tema no va. Pero, por qué, dijiste algo así como qué, no se ha podido concretar o algo así. Okey. ¿José, mis papeles? (…) ¿Y mis papeles? Ya te los doy el próximo. Perfecto. Ahí quedó la situación. Para qué me pide mi pasaporte si yo voy a cumplir una función, en un proyecto local.
S.V.: Yo soy testigo de la conversación, cuando él te pide, eso fue en tu casa.
J.M.C.: Lo que has dicho es correcto. Lo que este uruguayo, argentino, no sé su nombre, no sé quién es.
G.P.: Ah, no lo conoces.
J.M.C.: No lo conozco. Nunca lo he visto en mi vida.
G.P.: Y a mí me cuesta creer eso.
S.V.: Pero cuando se sientan en la mesa no dicen soy.
J.M.C.: No. A ver, tu pregunta es que si yo lo conocía de antes, sí lo conocía, me había reunido con él una vez.
G.P.: ¿Pero entonces sabes quién es?
J.M.C.: Sabía que era del grupo de ellos. Pero no sé exactamente quién es, su nombre, qué hace. Era un tipo que dirigía el reclutamiento de Odebrecht, en el extranjero.
J.M.C.: Lo único que quiero, es que yo a ti Gabriel, hay un tema para mí que es fundamental, no hay segundas intenciones, yo no sé por qué siento que tu percibes que hay segunda intención.
G.P.: Sí, por qué yo soy un hombre claro, yo soy un hombre leal.
J.M.C.: Yo también.
G.P.: Yo soy un hombre leal de principio a fin.
J.M.C.: Yo también.
G.P.: Yo siento que, en este caso, a mí no se me ha dicho la verdad, porque sin mi consentimiento y sin mi conocimiento se ha usado mi nombre y esos papeles para hacer una chanchada como la que usted ha hecho, y eso a mí no me parece. Porque si yo fuera, si yo supiera, que esto era para ese tema. Señor, de principio a fin yo voy. Si hay que asumir consecuencias, las asumo, pero lo que yo no acepto, lo que yo no acepto, ni de ti, ni de Susana, ni de nadie, es que con una documentación se haya hecho una situación tan miserable y tan dolosa como esta. Tú eras gerente de finanzas, tú sabías perfectamente qué tipo de documentos estaba firmando, ¿o no?, ¿Por qué te quedaste con este tipo?, ¿Por qué no me devolviste los papeles?
J.M.C.: Yo no te podía devolver los papeles, porque yo no tenía los folders.
G.P.: Porque no me dijiste, porque nunca me dijiste no te puedo devolver los papeles, porque ellos lo tienen, si tú me decías eso yo tomaba mis previsiones. Por qué uno tiene que entregar un pasaporte para un trabajo local.
J.M.C.: Pero es que Gabriel, te he dicho dos veces que no era local, necesariamente, ellos estaban viendo dónde te iban a colocar.
G.P.: Perdón, José Miguel. En ningún momento hablamos que yo tenía que trabajar fuera, todo fue para un proyecto local en Perú.
J.M.C.: Yo te digo, Gabriel, mejor no hacemos ese tema, ese tema no va, y recuerdo claramente que te dije que estos patas te quieren pagar en el extranjero, mejor abortemos.
G.P.: Bueno eso es una invención tuya, es un dicho tuyo.
J.M.C.: Tú mismo firmaste esas cosas.
G.P.: ¡Pero por supuesto!
G.P.: ¿A instancias de quién? A mí se me ocurrió ir, como ayer tú me dijiste.
J.M.C.: Gabriel, ¿tú me estás diciendo, que tú no leíste esa cosa que firmaste? Si nosotros entramos ahí, era un precontrato laboral, ¿no lo leíste?
G.P.: Lo habré revisado, pero yo no lo he leído.
J.M.C.: Yo estoy completamente seguro de que no tiene ningún movimiento en esa cuenta.
J.M.C.: En primer lugar, porque he estudiado finanzas. O sea tú quieres crear una presión para que alguien te deposite en una cuenta.
G.P.: Antes de eso, entonces, ¿de lo que tú estás claro es que ese documento que yo firmé sirvió para abrir una cuenta en Andorra?
J.M.C.: No encuentro otra alternativa.
G.P.: ¿Qué pasa si en la próxima semana esa cuenta sí ha recibido dinero, quién es el que ha conversado para que pase eso?
J.M.C.: Eso no va a pasar.
G.P.: No, no, o sea, alguien tiene que haber conversado si es que pasa eso.
S.V.: ¿De acá, de esta mesa?
J.M.C.: Pero, te estoy diciendo que eso no va pasar. Gabriel, te aseguro, como José Miguel Castro Gutiérrez que esa cuenta no ha recibido ningún depósito de nada, porque para eso, una vez más, tú hubieras tenido que instruir que alguien te deposite algo. ¿Correcto? No va haber ningún depósito en esa vaina, porque una vez más esa cuenta fue creado en el marco de la conversación que acabamos de tener, de manera absolutamente irregular e irresponsable por esta gente. ¿Ok? Pero más o menos...
S.V.: ¿Con qué objetivo? Especula, ¿con qué objetivo?
J.M.C.: Con el objetivo de contratar, que te iba a pagar.
G.P.: No pues, José Luis, no me tomes el pelo, por favor. No se crea una banca en el Principado de Andorra para pagar el sueldo, de 20 mil o 10 mil dólares, a un profesional que quieres contratar.
J.M.C.: No, te iban a pagar 250 mil dólares en el lapso de un año, que son 20 mil dólares mensuales.
G.P.: Bueno, bueno esa es una suposición.
J.M.C.: No, pero disculpa, ahí están los contratos de la subsidiaria de Odebrecht con Peñaranda, que es por 250 mil dólares.
G.P.: No, pero eso es otra cosa. No hay, en ningún momento nosotros hablamos de montos. En ningún momento se habló de que yo iba a recibir tanto por tanto soles. Entonces, el único objetivo para abrir una cuenta en el Principado de Andorra es para qué. Para lavar activos y para ocultar dinero sucio.
S.V.: Yo te quiero, yo te aprecio, yo no quiero que sufras, pero es una situación que ninguno de los que están en esta mesa ha buscado, ¿me entiendes? Eso es lo que yo sí quisiera que quede claro, Gabriel. No para defenderme, ah, porque yo ya te dije ayer en la noche que yo me siento responsable de cualquier cosa que le pase a cualquiera de ustedes, porque por mí…
G.P.: Yo creo que las responsabilidades son individuales, Susana.
S.V.: No. En materia penal las responsabilidades son individuales, es obvio. Pero no hay un tema, es una situación moral.
Gabriel Prado (G.P.): Pero qué quieres, Susana. ¿Que esté feliz? ¿Que esté absolutamente en paz, en tranquilidad? Sabiendo que mañana y pasado, y que mi vida laboral, que la estaban reconociendo, ¿se ha ido al diablo? ¿Que mis relaciones, este… personales se han ido al trasto? ¿Que no voy a conseguir trabajo en los próximos 5 años y que toda la gente me sindica como el corrupto? ¿Qué quieres? ¿Que esté tranquilo y que te mire con tranquilidad? Por favor, Susana.
S.V.: Escúchame, hay una cosa que me han dicho. Y es que es un tipo en Brasil, ha dicho que tú y yo, hemos ido a conversar para que nos den tres palos verdes. Yo me devano, ¿entiendes?... si es que eso va a aparecer en cualquier momento de buena fuente.
José Miguel Castro (J.M.C.): ¿Quién te ha dicho eso?
S.V.: Personas que tienen conocimiento, que prueban de que José Miguel Castro y Susana Villarán me han pedido a mí tres millones de dólares. Pero, quiero decir, porque aquí el único que dentro de todas las cosas tiene una cuenta a su nombre es Gabriel. Es serio, pues ¿no? Tener una cuenta a nombre tuyo es gravísimo. Es una cuenta... no es mi cuenta. Es una cuenta. Exactamente, han podido hacerlo a nombre de, escúchame, han podido hacerlo a nombre de mi hermano y esto lo han hecho para joder. (Ininteligible) aprovechando una solicitud de chamba.
J.M.C.: Pero era, además, esa era la forma de operar de ellos, porque…
S.V.: Recién ahora nos enteramos de toda las mierdas que son. En ese momento todos hemos actuado de buena fe.
G.P.: Yo conversé con ustedes dos y les pedí que me ayuden a reengancharme laboralmente.
S.V.: Sí.
G.P.: Les dije: miren, yo he perdido el trabajo por una cuestión de gestión, no por una cuestión dolosa y necesito que ustedes, con los contactos que existen, me puedan recomendar para hacer un trabajo vinculado a lo que yo hacía antes de entrar a la municipalidad. Que era ese antes, algo vinculado a relaciones comunitarias o algo de inversión social. Tú me llamas un día y me dices: “Hay una posibilidad y necesitamos conversar”. Perfecto. Y me dices que lleve tres cosas: mi DNI, la copia de mi pasaporte y mi currículo.
J.M.C.: Tu currículo.
G.P.: Nos reunimos tú, una tercera persona y yo. Él revisa mis documentos y me dice que conversó contigo sobre esta posibilidad y que la próxima semana, a través tuyo, me informarían sobre qué cargo podría ocupar o dónde. Y era una suerte de tres contratos. Yo firmé documentos, hablamos alguna generalidad más, me paré y me fui. Eso duró cinco minutos, máximo. Tú te quedaste con él. Entonces, no podemos salir de esta reunión José Miguel, sin saber quién era esta persona. O sea, ¿cuál es el nombre de esta persona y qué función cumplía? Porque a raíz de los hechos, esta información da origen al problema de fondo. En segundo lugar, a los tres meses yo te pregunté sobre el tema.
J.M.C.: No antes, mucho antes.
G.P.: Digamos, un mes antes si quieres, te pregunté. (…) Y tú me dijiste: este tema no va. Sí. Estamos de acuerdo. Ese tema no va. Pero, por qué, dijiste algo así como qué, no se ha podido concretar o algo así. Okey. ¿José, mis papeles? (…) ¿Y mis papeles? Ya te los doy el próximo. Perfecto. Ahí quedó la situación. Para qué me pide mi pasaporte si yo voy a cumplir una función, en un proyecto local.
S.V.: Yo soy testigo de la conversación, cuando él te pide, eso fue en tu casa.
J.M.C.: Lo que has dicho es correcto. Lo que este uruguayo, argentino, no sé su nombre, no sé quién es.
G.P.: Ah, no lo conoces.
J.M.C.: No lo conozco. Nunca lo he visto en mi vida.
G.P.: Y a mí me cuesta creer eso.
S.V.: Pero cuando se sientan en la mesa no dicen soy.
J.M.C.: No. A ver, tu pregunta es que si yo lo conocía de antes, sí lo conocía, me había reunido con él una vez.
G.P.: ¿Pero entonces sabes quién es?
J.M.C.: Sabía que era del grupo de ellos. Pero no sé exactamente quién es, su nombre, qué hace. Era un tipo que dirigía el reclutamiento de Odebrecht, en el extranjero.
J.M.C.: Lo único que quiero, es que yo a ti Gabriel, hay un tema para mí que es fundamental, no hay segundas intenciones, yo no sé por qué siento que tu percibes que hay segunda intención.
G.P.: Sí, por qué yo soy un hombre claro, yo soy un hombre leal.
J.M.C.: Yo también.
G.P.: Yo soy un hombre leal de principio a fin.
J.M.C.: Yo también.
G.P.: Yo siento que, en este caso, a mí no se me ha dicho la verdad, porque sin mi consentimiento y sin mi conocimiento se ha usado mi nombre y esos papeles para hacer una chanchada como la que usted ha hecho, y eso a mí no me parece. Porque si yo fuera, si yo supiera, que esto era para ese tema. Señor, de principio a fin yo voy. Si hay que asumir consecuencias, las asumo, pero lo que yo no acepto, lo que yo no acepto, ni de ti, ni de Susana, ni de nadie, es que con una documentación se haya hecho una situación tan miserable y tan dolosa como esta. Tú eras gerente de finanzas, tú sabías perfectamente qué tipo de documentos estaba firmando, ¿o no?, ¿Por qué te quedaste con este tipo?, ¿Por qué no me devolviste los papeles?
J.M.C.: Yo no te podía devolver los papeles, porque yo no tenía los folders.
G.P.: Porque no me dijiste, porque nunca me dijiste no te puedo devolver los papeles, porque ellos lo tienen, si tú me decías eso yo tomaba mis previsiones. Por qué uno tiene que entregar un pasaporte para un trabajo local.
J.M.C.: Pero es que Gabriel, te he dicho dos veces que no era local, necesariamente, ellos estaban viendo dónde te iban a colocar.
G.P.: Perdón, José Miguel. En ningún momento hablamos que yo tenía que trabajar fuera, todo fue para un proyecto local en Perú.
J.M.C.: Yo te digo, Gabriel, mejor no hacemos ese tema, ese tema no va, y recuerdo claramente que te dije que estos patas te quieren pagar en el extranjero, mejor abortemos.
G.P.: Bueno eso es una invención tuya, es un dicho tuyo.
J.M.C.: Tú mismo firmaste esas cosas.
G.P.: ¡Pero por supuesto!
G.P.: ¿A instancias de quién? A mí se me ocurrió ir, como ayer tú me dijiste.
J.M.C.: Gabriel, ¿tú me estás diciendo, que tú no leíste esa cosa que firmaste? Si nosotros entramos ahí, era un precontrato laboral, ¿no lo leíste?
G.P.: Lo habré revisado, pero yo no lo he leído.
J.M.C.: Yo estoy completamente seguro de que no tiene ningún movimiento en esa cuenta.
J.M.C.: En primer lugar, porque he estudiado finanzas. O sea tú quieres crear una presión para que alguien te deposite en una cuenta.
G.P.: Antes de eso, entonces, ¿de lo que tú estás claro es que ese documento que yo firmé sirvió para abrir una cuenta en Andorra?
J.M.C.: No encuentro otra alternativa.
G.P.: ¿Qué pasa si en la próxima semana esa cuenta sí ha recibido dinero, quién es el que ha conversado para que pase eso?
J.M.C.: Eso no va a pasar.
G.P.: No, no, o sea, alguien tiene que haber conversado si es que pasa eso.
S.V.: ¿De acá, de esta mesa?
J.M.C.: Pero, te estoy diciendo que eso no va pasar. Gabriel, te aseguro, como José Miguel Castro Gutiérrez que esa cuenta no ha recibido ningún depósito de nada, porque para eso, una vez más, tú hubieras tenido que instruir que alguien te deposite algo. ¿Correcto? No va haber ningún depósito en esa vaina, porque una vez más esa cuenta fue creado en el marco de la conversación que acabamos de tener, de manera absolutamente irregular e irresponsable por esta gente. ¿Ok? Pero más o menos...
S.V.: ¿Con qué objetivo? Especula, ¿con qué objetivo?
J.M.C.: Con el objetivo de contratar, que te iba a pagar.
G.P.: No pues, José Luis, no me tomes el pelo, por favor. No se crea una banca en el Principado de Andorra para pagar el sueldo, de 20 mil o 10 mil dólares, a un profesional que quieres contratar.
J.M.C.: No, te iban a pagar 250 mil dólares en el lapso de un año, que son 20 mil dólares mensuales.
G.P.: Bueno, bueno esa es una suposición.
J.M.C.: No, pero disculpa, ahí están los contratos de la subsidiaria de Odebrecht con Peñaranda, que es por 250 mil dólares.
G.P.: No, pero eso es otra cosa. No hay, en ningún momento nosotros hablamos de montos. En ningún momento se habló de que yo iba a recibir tanto por tanto soles. Entonces, el único objetivo para abrir una cuenta en el Principado de Andorra es para qué. Para lavar activos y para ocultar dinero sucio.
S.V.: Yo te quiero, yo te aprecio, yo no quiero que sufras, pero es una situación que ninguno de los que están en esta mesa ha buscado, ¿me entiendes? Eso es lo que yo sí quisiera que quede claro, Gabriel. No para defenderme, ah, porque yo ya te dije ayer en la noche que yo me siento responsable de cualquier cosa que le pase a cualquiera de ustedes, porque por mí…
G.P.: Yo creo que las responsabilidades son individuales, Susana.
S.V.: No. En materia penal las responsabilidades son individuales, es obvio. Pero no hay un tema, es una situación moral.
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