El accidente cerebrovascular (ACV), también llamado infarto cerebral o ictus, es una emergencia médica que transforma la vida de una persona en minutos. Las consecuencias pueden incluir pérdida del habla, parálisis y problemas cognitivos que afectan la memoria, el razonamiento y la capacidad para realizar actividades diarias.
Si bien puede prevenirse, actuar rápidamente ante los primeros síntomas es esencial para salvar vidas y minimizar las secuelas.
El ACV afecta especialmente a personas con diabetes tipo 2, quienes tienen entre 2 y 4 veces más probabilidades de sufrirlo en comparación con la población general. Los niveles elevados de glucosa aumentan significativamente el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos que bloquean las arterias cerebrales, desencadenando un ACV.
"El ACV es una enfermedad tiempo-dependiente. Cuanto más temprano se detecte y se acceda a tratamiento, mayores son las posibilidades de superarlo sin secuelas importantes," explica la Dra. Ileana Chiari, Directora Médica de Novo Nordisk CLAT.
"Cada minuto cuenta: adelantar un minuto la terapia tras un ACV puede añadir 4,2 días de vida saludable, mientras que retrasar el tratamiento 15 minutos reduce en aproximadamente un mes el tiempo que los pacientes podrían haber vivido sin discapacidad, ya que el daño cerebral se agrava, disminuyendo la posibilidad de recuperarse sin secuelas o con menos complicaciones," añade.
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El control de la glucosa, junto con una dieta saludable, ejercicio regular y evitar el tabaco, son esenciales para reducir el riesgo de ACV en personas con diabetes tipo 2. Además, es crucial monitorear los siguientes factores de riesgo:
- Descontrol de glucosa: Aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos que pueden bloquear las arterias cerebrales.
- Hipertensión: La presión arterial alta es uno de los principales desencadenantes del ACV.
- Colesterol elevado: Contribuye a la formación de placas en las arterias, que pueden obstruir el flujo sanguíneo al cerebro.
La Estrategia R.A.P.I.D.O.: la clave para detectar un ACV a tiempo
La rapidez es fundamental en el tratamiento del ACV. Identificar los síntomas y buscar ayuda médica de inmediato puede reducir significativamente el daño cerebral. La estrategia R.A.P.I.D.O. ayuda a reconocer los signos clave:
- Rostro caído: ¿Se le cae un lado de la cara cuando intenta sonreír?
- Alteración del equilibrio: ¿Tiene problemas para caminar o coordinar los movimientos?
- Pérdida de fuerza: ¿Siente debilidad o entumecimiento en uno de sus brazos?
- Impedimento visual: ¿Tiene problemas para ver en uno o ambos ojos?
- Dificultad para hablar: ¿Se le dificulta hablar o entender el habla de los demás?
- Obtenga ayuda rápido: Si observa alguno de estos signos, llame a emergencias inmediatamente.
"La prevención y el control de los factores de riesgo, junto con el conocimiento de la estrategia R.A.P.I.D.O., pueden marcar la diferencia entre la vida y la discapacidad. Las personas con diabetes deben mantener un control adecuado de su salud." explica el Dr. Roberto Herrera, Gerente Médico de Novo Nordisk CLAT.
"En los últimos años, se han desarrollado medicamentos que no solo ayudan a controlar la glucosa, sino que también tienen beneficios cardiovasculares y renales. Los agonistas del receptor GLP-1, por ejemplo, han demostrado en estudios clínicos (SUSTAIN 6) una reducción significativa del 39% en el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares no mortales", agrega.
Los pacientes con diabetes tipo 2 y sus familias deben conocer los riesgos para que estén preparados a actuar ante cualquier signo de ACV. Las medidas de prevención son clave para evitar complicaciones y reducir el impacto de esta enfermedad.
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