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A lo Karen Schwarz: "¿Comerías tu placenta tras el parto?"
Romy Schroth, fundadora de Mammalia, el primer laboratorio en Latinoamérica especializado en el encapsulamiento de placenta humana, nos detalla el tema.
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La placentofagia es el acto de comer la placenta después del parto. El 98% de mamíferos placentarios consumen su placenta y esta escena no es ajena al ser humano. Artistas nacionales e internacionales como Karen Schwarz , Yiddá Eslava y Kim Kardashian se atrevieron a hacerlo.
Este acto es común en los animales, pero muy poco practicado en las madres de familia y menos en las peruanas, por eso Perú21 conversó con Romy Schroth, fundadora de Mammalia , el primer laboratorio en Latinoamérica especializado en el encapsulamiento de placenta.
¿Cuál es el proceso?
La especialista explica que la placenta se envía a un laboratorio encargado del encapsulamiento de la placenta, pero primero pasa por un análisis clínico, con el fin de asegurar que la placenta esté en estado óptimo para el consumo. Una patóloga saca una muestra de tejido del cordón umbilical, de la membrana amniótica, y otra de cotiledones.
"Una vez que el informe de la patóloga diga que la placenta no tiene ningún tipo de infección, nosotros podemos procesar la placenta. La trabajamos en dos partes: Primero la parte materna, y luego la parte fetal", señala Romy Schroth.
"La parte materna, que debe ser consumida los dos primeros días después del parto, la utilizamos para hacer smoothie (o batido). Son jugos de fruta orgánica congelada, tiene nueve tipos de frutas, allí ponemos 120 gramos de placenta dependiendo del tamaño de la placenta y del tamaño de la mamá", añade.
Con la parte fetal se hacen las pastillas que son entregadas al tercer día. El número de pastillas dependerá del tamaño de la placenta (pueden pesar entre 290 gramos hasta 900 gramos). Sin embargo, no todas las placentas son encapsulables. Si la madre tuviera VIH, hepatitis B, enfermedades de transmisión sexual como herpes tipo 2, o sífilis no se podrá hacer ningún proceso.
Beneficios
La placenta contiene vitamina K, oxitocina, prolactina LTH, progesterona, prostaglandina, hormonas placentarias, hierro, minerales, y un opioide endógeno llamado POES, que al consumirla provee los siguientes beneficios:
- Aumenta el nivel de la vitamina K en la leche materna.
- Sube los niveles de hemoglobina por la cantidad de hierro que tiene la placenta.
- Combate la depresión postparto porque ayuda a que la madre se equilibre hormonalmente.
- Ayuda a bajar de peso.
- Contribuye a que el útero vuelva a su estado original más rápido porque la placenta tiene prostaglandina.
- Disminuye el dolor postparto debido al opioide endógeno.
- Favorece la disminución de la hemorragia puerperal gracias a la vitamina K.
Es importante que sepas que no existe ningún riesgo de consumir la placenta procesada. Sin embargo, la especialista no recomienda hacerlo en casa ni de manera artesanal por el riesgo de contaminación.
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