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Mistura: Celia, la maestra de las papas nativas
Desde el puesto 153 en El Gran Mercado, ella se encarga de vender y, a la vez, dar lecciones rápidas sobre las características de estos tubérculos.
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"Llumchuy huanccachi, wirapasña, yana rebosa, beso de novia, puca simi, sangre de toro". Con una memoria aguda, Celia enumera uno a uno los tipos de papa que están frente a ella y nunca se equivoca. Es que esta ayacuchana de 32 años puede titubear en todo, menos a la hora de distinguir las formas y colores de este tubérculo. Tiene un diccionario de tipos de papas en la cabeza. Eso acompañado de un gran amor por sus productos: las papas nativas.
TIERRA BENDITACelia viene de Qasanccaylos, una comunidad a más de 3 mil metros de altura perteneciente al distrito de Vinchos (Ayacucho). De pequeña aprendió a sembrar y cosechar papas, y hoy los visitantes del Gran Mercado de Mistura se lo agradecen. Desde el puesto 153 en esta enorme feria de productos, se encarga de vender y, a la vez, dar lecciones rápidas de las características de las papas nativas. Esos tubérculos hacen que el país sea especial.
Es la primera vez que Celia está en Mistura. Junto con su vecino Marcial Vega, ha traído más de 3 mil kilos de papa de más de 100 variedades que exhiben siempre con una sonrisa. Con ojos brillosos, Celia revela que está feliz de viajar a Lima y así poder vender sus productos, pero, al instante, una amiga suya la revela. "Extraña mucho a Eder, su hijo", dice y Celia asiente con la cabeza.
"Mis papas son sanas, no tienen ni una sola gota de pesticida o químicos", explica la ayacuchana a una señora que se acercó, curiosa, al ver las formas del tubérculo. Es que, a pesar de que sabemos que en el Perú existen más de 3 mil variedades de papa, aún la sorpresa nos invade al ver una diferente a la blanca, huayro o rosada, que abundan en Lima.
Celia estará vendiendo sus papas nativas hasta el último día de la feria. Luego volverá a su tierra para continuar sembrando, cosechando y vendiendo sus productos junto con su hijo y esposo, que la deben de estar extrañando. Es una obligación visitar su puesto.
Pablo Vilcachagua(Pablo.Vilcachagua@peru21.com)
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