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En la mirada del autismo: ¿Cuáles son las patologías oculares más comunes y cómo reconocerlas?
En el 2020, el Ministerio de Salud (Minsa) certificó a 5,328 personas con TEA. No obstante, según la Defensoría del Pueblo, el 97% de personas autistas no están diagnosticadas.
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Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) tienen una mayor prevalencia en presentar problemas de visión. Esta condición, que se caracteriza por dificultades sociales, comunicativas y de comportamiento de diferentes grados, también conlleva desafíos oculares que requieren atención especializada.
En el 2020, el Ministerio de Salud (Minsa) certificó a 5,328 personas con TEA. No obstante, según la Defensoría del Pueblo, el 97% de personas autistas no están diagnosticadas. Este escenario resulta aún más alarmante al considerar que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia mundial de esta condición se estima en 62 por cada 10,000 habitantes, o 1 por cada 160 personas.
Entre las condiciones oftalmológicas más comunes en personas con autismo se encuentran la miopía, la hipermetropía y el estrabismo, por mencionar algunas. Para el Dr. Raúl Swayne, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión, determinar estas patologías en primera instancia no es sencillo, ya que las personas con TEA tienden a evitar el contacto visual, lo que puede dificultar el diagnóstico temprano. Sin embargo, es importante realizar evaluaciones oftalmológicas regulares para detectar y tratar cualquier alteración visual.
En el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, es importante recordar la importancia de la atención integral, incluida la salud ocular, para las personas con esta condición. Entre las patologías oculares que más afectan a las personas con autismo se encuentran:
La miopía: es una condición visual que se caracteriza por la dificultad para ver objetos lejanos y afecta a un porcentaje significativo de individuos en el espectro autista. Sin embargo, debido a que este grupo de personas suele evitar el contacto visual, a veces es difícil detectarla. Los síntomas pueden incluir dolores de cabeza y entrecerrar los ojos. Esta condición también se ha asociado con problemas emocionales como la depresión y la ansiedad en personas con autismo.La hipermetropía: es una condición ocular común en la que los objetos cercanos se ven borrosos, mientras que los distantes se visualizan más claros. Esta patología puede causar fatiga visual, dolores de cabeza y dificultades para concentrarse en tareas de cerca. Es fundamental realizar exámenes oftalmológicos regulares para detectar y corregir la hipermetropía.El estrabismo: El estrabismo ocurre cuando los ojos no están alineados correctamente y apuntan en direcciones diferentes, lo que puede ser una preocupación oftalmológica entre las personas con autismo. Esta enfermedad también puede llevar a la ambliopía, también conocida como “ojo vago”, que ocurre cuando uno de los ojos no se desarrolla adecuadamente y no puede ver tan bien como el otro.
Teniendo conocimiento sobre estas patologías oculares de mayor prevalencia en los niños con TEA, el especialista brinda algunos consejos preventivos y para mantener la salud visual:
Alentar a los niños a jugar frente al espejo puede ser una excelente manera de fomentar la observación y la conciencia visual.Colocar objetos que llamen la atención a los infantes y observar cómo los miran, también puede ayudar a detectar posibles problemas visuales.Hacer un tubo de papel puede ser una actividad divertida y los estimula a enfocarse en las cosas.Si van a usar algún tipo de gafas, tener en cuenta que sean atractivas y cómodas para que los niños las acepten y las usen sin problemas.
Dado que los niños con esta condición suelen ser poco comunicativos, es crucial estar atentos para detectar posibles señales, como entrecerrado de los ojos, frotárselos con frecuencia, tener la tendencia a acercarse para ver las cosas, desviar la mirada o experimentar dolores de cabeza. Asimismo, en ocasiones pueden presentar discapacidad intelectual, lo que puede dificultar que sean conscientes de los síntomas. Por lo tanto, es necesario estar vigilantes ante cualquiera de estos signos de problemas visuales.
Finalmente, se recomienda realizar exámenes oftalmológicos al nacer, al año de edad y a partir de los 3 años y medio, con un oftalmólogo especializado en pediatría. La detección temprana y el tratamiento adecuado de estas condiciones pueden mejorar la calidad visual y promover el bienestar general de las personas con autismo.
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