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Ser papá con la ayuda de la ciencia: la lucha contra la infertilidad masculina
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Ser padre representa alegría y felicidad para quienes lo son. Sin embargo, hay hombres que a pesar de desearlo aún no lo han logrado. Se estima que el 40% de las dificultades para concebir en una pareja corresponden al varón; un tema tabú del que “casi nadie” habla porque se cree que solo está ligado a la mujer y porque pone en duda la virilidad del hombre.
Elder Benites López, director médico del Centro Especializado de Reproducción Asistida Niu Vida, señaló que hay un tratamiento para cada caso de infertilidad masculina. “El paciente tiene que perder el temor y tener esperanza en que su deseada paternidad se hará realidad; la ciencia es el camino para lograrlo”, precisó.
Múltiples factores causan infertilidad masculina. Existen los problemas en la eyaculación, o específicamente con los espermatozoides en torno al recuento, calidad, movilidad, morfología y hasta ausencia. Pero también algunos hábitos como fumar, beber y consumir drogas; y enfermedades como la diabetes o el cáncer.
“Un buen diagnóstico es importante porque intentará determinar las causas y descartará posibles problemas que contribuyan a la infertilidad masculina. Además definirá qué técnica de reproducción asistida se utilizará para lograr un embarazo y bebé sano”, opinó el especialista de Niu Vida.
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Entre las pruebas para diagnosticar la infertilidad masculina están el espermatograma, un examen que evaluará de forma completa las características del esperma; y el más reciente avance, el Potencial Z, el cual seleccionará el espermatozoide sin lesiones en su ADN para su posterior fecundación y embarazo.
TRATAMIENTOS A SEGUIR
Para los casos de infertilidad masculina leve a moderado, la opción es la Inseminación Artificial (IA). “Se trata de un tratamiento de baja complejidad porque se selecciona el espermatozoide de mejor calidad y se introduce en el cuello del útero de la paciente previamente inducida a la ovulación”, destacó el especialista.
Para dificultades severas, se aplica la Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI), que es una variante de la Fertilización In Vitro (FIV), con la diferencia de que en esta técnica el espermatozoide se inyecta al óvulo en el laboratorio. “Esta técnica es la más usada en donde una vez realizada la inyección, se introduce el embrión en el útero de la mujer para el desarrollo del embarazo”, precisó el doctor.
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Para el experto en infertilidad, la prevención debe darse a través de un chequeo anual testicular así como evitar una mala alimentación, el estrés, la exposición al calor, entre otros factores. Sin embargo, la precaución comienza desde el nacimiento del bebé. “Por ejemplo, deben ser evaluados para descartar la criptorquidea, un problema por el cual el testiculo no descendió al escroto”, explicó el médico.
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