/getHTML/media/1245491
Roger Valencia sobre APEC 2024: "Podemos explotar las oportunidades que tiene el Perú"
/getHTML/media/1245488
Sandro Marcone: "Decretaron clases virtuales sin estar en una emergencia"
/getHTML/media/1245485
Embajador Ferrero: "APEC es una oportunidad para el sector minero y agroindustrial"
/getHTML/media/1245282
Jesús Salazar: “En Perú el desarrollo es por la parte industrial" en Ynnovadores
/getHTML/media/1245269
¿APEC 2024 traerá competencia de inversiones de Estados Unidos y China?
/getHTML/media/1245265
Gobernador de Huánuco: "Necesitamos la declaratoria de emergencia"
/getHTML/media/1245237
Gerente de Marketing de Gloria habla del primer parque temático de lácteos del Perú: Mundo Gloria
/getHTML/media/1245109
Víctor Gobitz de la SNMPE: "Petroperú necesita perfiles frescos"
/getHTML/media/1245106
Romy Chang: "Martín Vizcarra está en un gran problema"
/getHTML/media/1245095
Guillermo Shinno: "Le toca al Ejecutivo corregir el Reinfo"
/getHTML/media/1245059
Ministra Desilú León: "La realización de APEC impacta en el crecimiento de nuestras exportaciones"
/getHTML/media/1245057
¿Hay más hinchas de su club que de la Selección Peruana? en Ciudadanos & Consumidores
/getHTML/media/1245063
José García Belaunde: “La derecha peruana debería tomar con más cautela el triunfo de Donald Trump”
/getHTML/media/1244702
Encuentro de reforma política y electoral para un Parlamento Bicameral
/getHTML/media/1244708
José Luis Noriega: "Todo el directorio de la FPF debe renovarse"
/getHTML/media/1244691
Anthony Laub sobre nuevo directorio de Petroperú: "Mejor hubieran liquidado la empresa"
/getHTML/media/1244471
Investigación científica, un tema clave para el desarrollo
/getHTML/media/1244482
Embajador Eduardo Ponce analiza elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos
/getHTML/media/1244370
Ariel Segal: "Fue un error ocultar que Biden no iba a ser candidato"
/getHTML/media/1244368
Diana Gonzales: "El Reinfo es un fracaso"
PUBLICIDAD

Un gobierno con charreteras

Lo que estamos viendo es un gobierno que, en lugar de abrazar la democracia, empieza a perfilarse en uno de raciocinio militar, impermeable al diálogo.

Imagen
Fecha Actualización
Pedro Salinas,El Ojo de Mordorpsalinas@peru21.com

Voté viciado en las elecciones generales pero, como dije en este papel, sigo pensando en que la derrota de Keiko Fujimori en los comicios del 2011 fue algo fundamental para el Perú. La sola idea de que el pueblo peruano enalteciera y legitimara al grupo político que, apenas diez años atrás, había caído por corrupto, por violador de los derechos humanos, por su talante autocrático y porque envileció la política hundiéndola en lo más profundo de la ciénaga, era una imagen de pesadilla. Y de vergüenza.

Pensé, en cambio, que el triunfo de Ollanta Humala se traduciría, ya saben, en un gobierno signado por la medianía y la torpeza, que es lo de siempre en el Perú. Algo parecido al de Toledo, digamos. Ni chicha ni limonada, o así. Y con eso me daba por bien servido, la verdad.

Entonces, como ciudadano opté –a diferencia de quienes entonces lo odiaban y ahora lo aplauden– por darle el beneficio de la duda. Y decidí creer en su conversión hacia la morigeración, lo que significaba en la práctica dejar atrás sus ridículas pretensiones de emular el modelo autoritario y vertical de Hugo Chávez o Velasco, dando casi por hecho que la democracia, mal que bien, mantendría su vigencia y la hoja de ruta se respetaría.

Pero no. Lo que estamos viendo es un gobierno que, en lugar de abrazar la democracia, empieza a perfilarse en uno de raciocinio militar, además de improvisado, desbrujulado, carente de liderazgo, ombliguista e impermeable al diálogo. Tal cual.

Como comentó Javier Torres en LaMulaTV: "Basta un militar en este gobierno". Y ya ven. No hay uno, sino cuatro: el presidente Humala, el premier Óscar Valdés, el ministro del Interior, Wilver Calle, y el asesor en la sombra, Adrián Villafuerte. Todo un pequeño ejército que, aunque vista de civil, considera que lo que dice el jefe debe acatarse sin dudas ni murmuraciones; que la confrontación se resuelve con tácticas de guerra; que los ciudadanos que protestan son, en el mejor de los casos, hostiles; que la mano dura o el guante de hierro, o la bota en el culo, son sinónimos de orden y solución.

En síntesis, si me preguntan, para que se sienta un cambio importante en este gobierno con charreteras, las transformaciones deben ser radicales. Y notorias. Esto quiere decir que Óscar Valdés debe ser expectorado como el lastre e incapaz que ha sido. Y Calle y Villafuerte, igual. Chau.

En su lugar pondría a más ministros con el perfil de Pulgar Vidal. Y ese nuevo gabinete debería establecer derroteros y nortes claros (que actualmente no existen) y gestos inequívocos que consoliden el orden democrático y nos permitan recuperar la confianza a los peruanos.

De lo contrario, "un cambio de premier sin cambio de política sería un simple enroque", como ha anotado Mirko Lauer. Y ello, como comprenderán, dejará el saborcito que "esto puede ir a peor", como me dijo hace poco Marissa Glave. Más todavía. Esa actitud de milico intransigente, que ya olvidó su promesa de buscar a la par el crecimiento económico y la inclusión, solamente nos llevará, una vez más, a una situación que hará peligrar la estabilidad política del país.

Porque, vamos. Como vienen desarrollándose las cosas hasta ahora, matices más o matices menos, "este es el gobierno que la derecha soñó hacer con Keiko Fujimori", tal cual apostilló César Hildebrandt en su semanario. Pues eso.