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Una mirada al asunto Conga
El lenguaje puede combinarse de mil maneras. Siempre hay una mejor forma para decir lo que se quiere sin causar rechazo en el otro.
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Carmen González,Opina.21c.gonzalez@infonegocio.net.pe
En el asunto Conga, lo que dice cualquiera de las tres partes del "otro" desprestigia y destruye, aunque uno de ellos –la empresa– se haya puesto de costado.
¿Por qué no se da un diálogo creativo y productivo? Los obstáculos son de carácter narcisista infantil: todos piensan únicamente en ellos mismos y no pueden percibir lo que el "otro" siente. También hay un mecanismo de proyección: veo en el otro lo que también soy yo. El Gobierno, la empresa y el pueblo ven que el "otro" quiere imponerse, cuando cada uno quiere lo mismo.
Conga ha sido tocada por la subjetividad y los fantasmas emocionales inconscientes. Para los cajamarquinos, hay, también, un hondo resentimiento empozado en sus propias lagunas internas –y de larga data– contra quien se ha puesto de costado. Esto no se sustituye con nuevos reservorios, sino con océanos de certezas, de afecto social permanente, que deberán ser garantizados por el Ollanta en quien confiaron.
La soberbia antigua y la de ahora –narcisismo infantil– nos está perturbando a todos. "También es cierto que el ser humano, prefiere ser ignorante"(*) en lugar de reconocer sus fallas. De allí la necesidad de contar con mediadores sensibles.
(*) Miguel Martínez Fondón, psicoanalista.
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