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"Sobre Nadine, no me quedó clara la posición de Ollanta"
Tiene dos hijos, está separada, dirige y conduce Panorama, el programa de Panamericana (domingos, 8 p.m.). Allí, acaba de entrevistar a Ollanta Humala.
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Rosana Cueva,PeriodistaAutor: Gonzalo Pajares.gpajares@peru21.com
Rosana Cueva conduce y dirige Panorama, el programa de Panamericana (domingos, 8 p.m.). Acaba de entrevistar a Ollanta Humala, un presidente al que no le gustan las entrevistas. Aquí, nos habla de su vida y de periodismo.
¿Siempre quisiste ser periodista?Para nada. Quise estudiar Derecho, pero mis papás no querían que viniese a Lima. Tuve que escoger entre Administración, Ingeniería y Comunicaciones. Vine a Lima y trabajé en una revista. La revista cerró y, como no quería regresar a Piura, busqué chamba. Una amiga me dijo que en Buenos días, Perú buscaban reporteros. Estuve tres años haciendo prensa diaria. Me saturé y empecé a hacer periodismo de investigación.
Donde te sientes como pez en el agua…Hay que contar historias, ese es el reto. Yo junto rigurosidad en la investigación con una buena narración audiovisual.
Te recuerdo como la reportera de 1990, en América, el programa de Jaime Bayly…Era un arroz con mango (risas). El programa empezaba con mi reportaje, luego venía Jaime, después un micronoticiero con Claudia Doig y cerrábamos con la nota científica de Tomás Unger. Al lado de Jaime, éramos los vegetales que malograban el plato (risas). Bayly empezó allí su estilo informal.
Has trabajado con Gustavo Gorriti, buen periodista, pero que no encaja en la televisión…Gorriti es un capo, está muy informado, sabe un montón de todo, pero no entendía el lenguaje televisivo. No sé si por desinterés, pero menospreciaba el lenguaje audiovisual. En televisión hay que ser simple y profundo, lo que es muy difícil. Si no aceptas esto, estás fregado.
¿Te costó mucho hacer buen periodismo durante los 90?No. Fue una época difícil, pero como tenía claro lo que sucedía, no me costaba saber qué camino tomar. No cabían las medias tintas, a pesar de que la plata grande estaba en el otro lado (ríe). Además, tuve mucho apoyo de mi familia: quien era mi esposo por entonces se fajó mis desempleos. Esto ha sido bueno: le perdí el miedo a patear latas. En aquella época recibía amenazas, me seguían, me interceptaban las llamabas. Por eso, cuando comparo con lo que vivimos hoy me digo: "Ahora qué fácil es hacerse el bacán" (ríe). Al lado del fujimorismo, tanto García como Toledo y Humala son moco de pavo (risas).
Hoy es fácil ser periodista…Es mucho más fácil investigar. Hoy uno no pone en riesgo su trabajo. Antes, conseguir un dato requería un gran trabajo, ahora te llega el file casi completo. Hoy no se requiere mucho talento. Esto me apena porque trabajé con mucha gente que se ensuciaba los zapatos para conseguir un datito, un documento, una prueba. Hoy hay un mercado negro espantoso, donde obtiene la nota el medio que paga más. Los policías te graban todo, van con celulares y te dan el video en 'exclusiva'. ¡Qué talento hay en eso! Es frustrante. Hay que profesionalizar el periodismo, pues ha venido un poco a menos.
¿Ustedes han pagado?Tratamos de evitarlo, pero en algún momento tuvimos que hacerlo.
¿Qué diferencia a Panorama de su competencia?Sabemos que la política no es tan atractiva como antes, por eso hemos volcado nuestra mirada hacia las necesidades del ciudadano: defensa del consumidor, los intereses de las tarjetas de crédito, ingredientes nocivos en los alimentos. Y, claro, lo que nos distingue es la calidad. Nuestro lenguaje es el de un documental.
Panamericana dejó de ser un 'canalazo'…Panamericana estaba en escombros, su antena aún está fría, pero intentamos calentarla. Hemos cambiado su imagen periodística. Nuestro equipo es joven y, a pesar de ello, hemos alcanzado los dos dígitos de rating y, a veces, hasta hemos empatado con nuestra competencia. Yo no doy los temas y me mando mudar. Trato que mis reporteros sean los más buscados, los más profesionales. Panorama no soy yo, es el equipo. Eso sí, la línea política la marco yo… y trabajo con absoluta libertad.
Acabas de entrevistar a Ollanta Humala. ¿Es un demócrata?Hasta ahora, lo es. Está claro que el contacto con la prensa no es algo que le agrade, pero tiene claro que tiene que mejorar su relación con ella. Dice que prefiere trabajar y estar en contacto con la gente.
¿Lo sentiste sincero?(Piensa). Hablar de su familia siempre le es difícil. Sobre Antauro me pareció sincero, pues le trae dolores de cabeza tener un hermano así. En el caso de la influencia de Nadine, no quedó muy clara su posición.
¿Le ves pasta de estadista?Ha aprendido bastante, está mucho más cuajado que cuando asumió la presidencia. Domina más los temas de gestión. Para estar solo siete meses, ha aprendido bastante, sobre todo en actitud. ¿Pasta de estadista? No lo sé, pero sí ha evolucionado.
AUTOFICHA
- Nací en Lima pero me siento piurana en todo. Allí hice la primaria, la secundaria y la universidad. Mis mejores amigos son de allá. Mato por un buen seco de chabelo.
- Soy 'apuradita': quiero todo para ayer. Soy incrédula, perspicaz. Los periodistas tenemos pocos amigos, pero sí 'fuentes'.
- He trabajado con Bayly, Hildebrandt, Espá, Gorriti, Tafur, Álvarez Rodrich. Estuve en el Contrapunto que fue sacado por el fujimontesinismo de Frecuencia Latina.
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