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¿Puedes cambiar a tu marido?
Es frecuente que, luego del matrimonio, la esposa considere que llegó el momento de cambiar al marido y hacer que este deje las mañas que tenía de enamorados y que, ahora –con el anillo en el dedo–, la labor será más sencilla.
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Fernando Maestre,Opina.21fmaestre@peru21.com
A esta fantasía se le conoce como el complejo de Pigmalión, personaje que soñaba con hacer cambiar a las parejas que tenía a su antojo o a su imagen y semejanza. Esta fantasía es materialmente imposible. Se sabe que solo cambia aquel que quiere hacerlo por su voluntad y deseo, y no por la presión de la esposa pues, en estos casos, tal presión llevará al divorcio. También es cierto que para que un hombre cambie se necesitan tres cosas básicas. La primera, hacerle saber que su defecto no es conciliable con el matrimonio (ejemplo: la drogadicción), para lo cual se recurrirá a un especialista (y no a la esposa). Una segunda condición pasa por hacerle saber al marido que, se logre o no la mejora, la pareja seguirá con la convivencia. La tercera –y más importante– es que ella se adapte al defecto que él pueda tener, pues se debe entender que hay defectos imposibles de remover.
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